Capítulo 35: Todo siempre puede ser peor.

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No supo cómo fue que regresó a su casa, pero en ese mismo instante se encontraba tal como el día anterior, encerrado en su cuarto, llorando sobre la almohada. La única diferencia, es que ahora tenía el corazón y el alma, si es que se podía, más resquebrajados que antes. Y las terribles palabras de Gerard seguían resonando en su cabeza. Fue la última parte de la conversación, la que terminó por quebrar el vínculo entre los dos.

— No voy a matar a nuestro hijo y punto final —Frank dijo con la vista fija en el suelo a sus pies. Gerard se removió en su lugar, por instantes Frank creyó que él se iría y lo dejaría hablando sólo, pero no lo hizo.

— Haz lo que quieras entonces, no me interesa —masculló como respuesta, encendiendo un cigarrillo con mucho esfuerzo producto de la inminente lluvia y el fuerte viento.

— ¿Qué quieres decir con eso? —preguntó el menor, adivinando el propósito de sus palabras.

— Que no me haré cargo de ese bebé si es que llega a nacer, a partir de ahora… sigues sólo —respondió exhalando fuertemente. Frank miró su duro rostro… ése no era el Gerard que había conocido tiempo atrás. Aunque la verdad, no sabía a quién había conocido, o si es que lo había llegado a conocer en realidad.

— Es tu hijo también —Frank se llevó una mano al vientre. Si Gerard no lo apoyaba, estaría acabado.

— ¿Tienes como probarlo? No estoy seguro de que esa criatura sea mía, de cualquier forma —dijo llevándose las pocas esperanzas que Frank albergaba en su persona.

Las lágrimas reaparecieron, pero se mordió los labios para reprimirlas— Sólo… sólo he tenido sexo contigo —murmuró en voz baja, con el rostro completamente sonrojado.

— Me encantaría creerte… pero dudo mucho esa parte… habías tenido un novio antes que yo, el muchacho ése que estuvo en tu cumpleaños. Quizá el bastardo es de él y estás tratando de que yo me encargue de… —pero no terminó la frase. Juntando todas sus fuerzas, Frank le lanzó un golpe en el rostro que removió su nariz en recuperación, casi inmediatamente la sangre empezó a emanar por su rostro, manchando su bufanda gris.

Frank le dio un último vistazo por sobre el hombro y se alejó por la calle principal.

Se sentía aún más iluso, estúpido… por más que lo intentaba, no podía encontrarle algo bueno a Gerard. Había sido tan despreciable con él… y pensar que le había dado su corazón, Gerard había sido su primer ‘te amo’ y ahora el ‘odio’ era lo que sentía por él.

Su mano derecha viajo a su abdomen y lo acarició suavemente, no era culpa de su bebé. Simplemente era culpa suya, por haber actuado tantas veces sin pensar.

La puerta volvió a sonar. Era su padre nuevamente. Frank resopló pero finalmente le abrió la puerta. No podía vivir encerrado para siempre… y en algún momento tendría que contarle lo que estaba sucediendo en la vida de su único hijo.

— ¿Se trata de Gerard? —Cheech comenzó a hablar, sentándose en el borde de la cama de su hijo. Frank asintió.

— Tiene una esposa y una hija —dijo mirando al vacío, notó como su padre maldecía por lo bajo el nombre de quien había sido su yerno favorito.

— ¿Las viste? —preguntó de pronto.

De no haber estado tan desgraciadamente deprimido, Frank habría reído, su padre siempre necesitaba pruebas visuales para creer.

love under rain ・ frerardWhere stories live. Discover now