Cuando Frank despertó sentía una inusual calma, por sobre todo el ruido. De inmediato notó que ya estaba en su habitación, pero no había nadie más ahí. Tenía una bajada de suero conectada a su brazo izquierdo que goteaba lentamente, cada segundo.
Movió la cabeza a la izquierda y se arrepintió de inmediato, le dolía todo. Desde la punta de los pies, las piernas, especialmente en la zona del ahora, casi plano abdomen, los brazos y la cabeza ¡Jesús! Le daba vueltas la cabeza, y su espalda dolía terriblemente. Se acomodó sobre la cama y suspiró fuertemente, una sonrisa se formó en sus labios. Quería ver a sus bebés ¿Cómo estarían? ¿Habrían sido niñas o niños?
De inmediato se le vino el recuerdo de Gerard a la cabeza… había dicho que le gustaban los lirios y aunque en el momento el comentario le había parecido fuera de contexto ahora lo comprendía a la perfección, antes habían conversado, quien sabe cómo habían llegado al tema, pero habían hablado acerca de nombres de mujeres. Y Gerard había dicho que le gustaban los nombres de flores…
Tragó saliva con dificultad. Gerard… quizá de no haberlo visto en aquel momento estaría en casa, durmiendo y aun embarazado… pero quizá le habría dicho a Zacky una mentira, algo completamente condescendiente ¿Realmente planeaba decirle ‘te amo’ sin sentirlo? Porque no lo sentía, aunque lo deseaba, no lo sentía. Y el ver a Gerard tan preocupado… a pesar de todo lo que había pasado… le había removido el corazón y había curado parte de su alma. Lo quería, quería a sus bebés. Y eso era todo lo que importaba.
Por momentos se imaginó a él y a Gerard junto a sus bebés… pero eso era imposible. No podía volver con Gerard, no después de todo lo que había sucedido. Podía aceptar que tuviera un papel dentro de su vida y la de sus hijos, pero no podría volver con él. No con el fantasma de esos otros adolescentes, de su esposa e hija, de las horribles cosas que le había dicho….
Y tampoco dejaría que Zacky se quedara con él, no. Había sido de gran ayuda, un gran amigo, un respaldo increíble… pero no podía estar con él. No lo quería y jamás lo querría. Quizá antes, antes de conocer a Gerard, había querido estar con él… pero ahora todo era diferente, tan diferente, su vida había dado un terrible giro y no podía seguir de ese modo. Además no dejaría que Zacky lanzara su futuro por la borda tal como lo había hecho él, no tenía por qué hacerlo. No era su obligación.
Suspiró fuertemente, su cabeza no lo dejaba descansar jamás. Pero ahora necesitaba mantener esos pensamientos lejos, tenía otras prioridades. Mirando a su alrededor encontró una campanita y sin pensarlo dos veces la tocó, casi de inmediato se escucharon unos pasos al otro lado de la puerta y, apareció una joven mujer con una sonrisa maternal.
— Nos preguntábamos cuando despertarías —comentó acercándose a la cama— Tus… ¿Son tus amigos? Están en la cafetería, les dijimos que fueran a descansar ya que despertarías dentro de unas horas más, pero aquí estás.
— Gracias —dijo por cortesía— Me gustaría saber si podría… cómo… Eeeeeh…
— ¿Tus niñas? —le interrumpió sonriendo, Frank frunció el ceño.
— ¿Mis qué?
— Tus niñas, quieres conocer a tus hijas ¿Cierto?
— ¿Fueron niñas? —preguntó con un hilo de voz, ella asintió.
— Dos hermosas y sanas niñas. El doctor creía que tendrían que pasar de inmediato a una incubadora, por tu situación y por el tiempo del embarazo, pero grande fue nuestra sorpresa al ver lo bien que estaban fuera, de hecho ahora mismo están en cunas normales con los otros bebes ¡Y sus pulmones! No han dejado de gritar.
— ¿Puedo verlas? —su voz sonó aún más despacio, intentaba contener las lágrimas dentro de sus ojos.
— Claro que sí, traeré un par de biberones para enseñarte cómo alimentarlas, regreso dentro de unos minutos así que acomódate en la cama para conocer a tus princesas.
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love under rain ・ frerard
Hayran Kurgu| MPREG | Frank es el hijo modelo, con excelentes calificaciones y grandes sueños de ir a Oxford. Gerard es un misterioso hombre de 35 años quien junto a sus negocios y llamativos secretos luce demasiado llamativo ante los inexpertos ojos de Frank...