Capítulo 10: 50%

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— Unos años atrás podías conseguir uno por menos de 100 dólares —dijo Quinn cruzando sus dedos con los de Bert.

— A nadie le interesaba en ese entonces y son contados con los dedos quienes le importa ahora —Bert sonrió besándole la mejilla.

— A mí me interesa —Quinn frunció levemente el entrecejo, besándole los labios.

Frank sonrió enormemente buscando la mirada de Gerard, este le guiñó un ojo antes de girarse para hablar con el guardia del lugar donde entraban ahora. El avellana se asomó por la ventana, nunca había estado en ese lado de la ciudad, las casas eran enormes y la arquitectura te hacía desear vivir ahí. Se estrujó los dedos ¿Acaso Gerard vivía ahí? Wow…

— Como puedes ver, me encanta el arte —Quinn sonrió enormemente, guiando a Frank hacia el interior de su casa. Así que era él quien vivía en ese lugar y vaya que era enorme y lujoso.

— ¡Un lokey-hill! —Frank corrió hacia un mueble donde estaba sostenido una enorme viola, deslizó sus dedos por sobre las cuerdas, estaba maravillado con lo que veía en el lugar.

— No hay mucha gente que venga aquí y note eso —murmuró Quinn sentándose en el borde de uno de los sofás.

— Ciertamente yo no —Bert terció desde su lugar en el sofá, con una copa en una mano y un cigarrillo en la otra.

— Es hermoso —sus dedos paseaban por el mástil de la viola, estaba fascinado— ¿Tocas? —sus ojos chocaron con los de Quinn.

— Solía hacerlo… Me prometí a mí mismo que algún día tendría uno de estos, ahora lo tengo y no quiero tocarlo —se cruzó de brazos admirando la viola que tanto se había tardado en conseguir— De hecho, es hasta vulgar tenerlo como exhibición.

— Dáselo a Frank —Bert le sonrió a Frank, terminándose el contenido de su copa.

— Eso sería aún más vulgar —dijo Quinn sirviéndose una copa para sí.

— Toca para nosotros, Frank —habló Gerard desde su lugar en el sofá, sonriéndole enormemente a Frank para luego vaciar el contenido de su copa.

— No —Frank se alejó y comenzó a caminar hacia Gerard— Quiero decir, algún día; cuando sea bueno.

— Él toca muy bien —Gerard afirmó, notando lo cerca que Frank se sentaba a su lado.

— Gerard, ni siquiera me has visto tocar —Frank sonrío desordenándose el cabello.

— Podría hacerlo si me dejaras —sonrío Gerard, Frank se encogió de hombros.

Los ojos del avellana se pasearon por el perfil de Gerard una vez más, sonriendo avergonzado cuando se vio descubierto por este e intercambiando una sonrisa cómplice al notar las miradas de sus amigos sobre ellos.

— ¿Qué harás el otro fin de semana? Tenemos cosas que hacer por el… trabajo y el destino es un lugar tranquilo —Quinn comenzó a hablar, entrelazando los dedos con Bert— Digo, sombreros de paja, salir de paseo, té bajo un árbol, librerías antiguas…

Frank frunció los labios, eso sonaba de verdad atrayente pero ¿Y la escuela? Peor aún ¿Y sus padres?

— Es algo de negocios —terció Gerard ante la mirada de Frank— ¿Puedes el próximo fin de semana?

— No me permitirán hacer eso —musitó Frank sólo para Gerard.

— Hablaré con ellos —sonrío Gerard tranquilo.

— ¿Tú vas a ir a preguntarle a mi padre si puedes llevarme contigo durante todo un fin de semana? —dijo Frank viéndolo como una locura, Gerard se limitó a asentir con una sonrisa en los labios— ¡Te hará arrestar! —sonrió, pero una parte de él temía que eso pasara.

love under rain ・ frerardWhere stories live. Discover now