Cuando Frank despertó por la mañana tenía los ojos hinchados por las lágrimas, se sentía físicamente enfermo y cuando se sentó en la cama, la cabeza comenzó a darle vueltas. Sus ojos revolotearon por la oscura habitación ¿Cómo había llegado hasta ahí?
Una de las últimas cosas que recordaba era a Gerard, dejándolo sólo y luego, luego no había nada…
— ¿Crees que debamos despertarlo?
— No, dejémoslo descansar. Aún hay muchas cosas que no sabe y… será doloroso, incluso ahora, enterarse de todo eso de golpe. Simplemente, dejémoslo descansar un poco más…
— Ese hijo de puta, le dije que…
— Quinn, baja la voz.
Luego los pasos se alejaron, un portazo resonó por todo el lugar y todo sonido se extinguió. Frank parpadeó un par de veces ¿Estaba en la casa de Quinn y Bert? ¿Pero cómo…?
Los nuevos recuerdos aparecieron en su mente, como flashes. Había tomado un taxi cuando la noche se tragó las luces, llegó entumido al único lugar donde sabía, encontraría una cara amable. Recordaba la lástima en el gesto de Bert cuando lo había hecho pasar y le había preparado una taza de té, como prácticamente lo había cargado hasta la habitación en donde ahora estaba y sus lágrimas fundidas en la almohada. Eso era lo último que tenía antes de despertar. Bert lo había ayudado tanto, tendría que encontrar una manera de recompensárselo en el futuro.
Con movimientos torpes se levantó de la cama, estaba tan cómodo pero ahora había algo que ocupaba su cabeza ¿Cuáles eran esas cosas que aún no sabía?
— ¿Bert? —habló desde fuera de la habitación, un par de pasos acelerados se escucharon al final del pasillo y luego la cara de Bert, con una sonrisa amable hacia su dirección.
— Frank, deberías estar descansando —declaró acercándose por el pasillo, Frank negó. Necesitaba saberlo todo. Ignorándolo fue hasta la sala y minutos después, Bert y Quinn habían decidido hablar.
Ambos estaban sentados en el sofá frente al menor, con un gesto de molestia tatuado en el rostro.
— Chicos, de verdad gracias por tenerme aquí pero… no pude evitar escucharlos hablar hace un rato —Bert le lanzó una mirada de reproche a su pareja— Yo necesito saberlo todo.
Quinn se levantó del sofá y caminó hasta uno de los enormes ventanales, suspiró fuertemente y se giró hacia ellos. Sus ojos buscaron a Bert, ninguno de los dos sabía por dónde empezar.
— Nosotros… no hemos hablado últimamente con él —dijo Bert buscando la mirada de Quinn— Si eso te sirve de consuelo.
Frank rodó los ojos ¿Por qué demonios se daban tantas vueltas?
— Es casado —suspiró.
¿Cómo no lo había visto antes? ¡Era obvio! Y por eso se había puesto de esa manera cuando le había contado que estaba esperando un hijo suyo. Gerard era casado y la manera en que ambos lo miraban, lo confirmaba. ¿Cómo lo había podido mantener todo tan bien escondido? Tanto tiempo escondiendo a una familia completa.
— Lo es ¿Cierto? —inquirió, Bert asintió con desgana. — Ustedes viven en un mundo tan extraño —sonrío, no sabía por qué lo hacía ya que por dentro estaba destrozado— Ambos veían como me involucraba con un hombre casado y… ninguno dijo nada al respecto.
— Si es así —Quinn parecía ofendido— Tu viste como Gerard y yo robábamos un mapa y tampoco dijiste mucho.
Frank se cubrió el rostro con las manos. Había sido tan estúpido todo ese tiempo ¡Y ellos lo habían visto todo sin decir palabra alguna!
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love under rain ・ frerard
Fanfiction| MPREG | Frank es el hijo modelo, con excelentes calificaciones y grandes sueños de ir a Oxford. Gerard es un misterioso hombre de 35 años quien junto a sus negocios y llamativos secretos luce demasiado llamativo ante los inexpertos ojos de Frank...