Cap 10: "Obsesión".

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Miré el techo por centésima vez y luego miré la puerta nuevamente

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Miré el techo por centésima vez y luego miré la puerta nuevamente. Eran las 12 de la noche y aún esperaba como un estúpido. Debía de decirme que no ante los pensamientos pero no puedo, estoy nervioso, tanto que juego con mis dedos lo que se me hace muy extraño.

Hay algo en mi que quiere ver que hay en ella que llama tanto mi atención, quería probar su sexo, quería experimentar el placer que me daría.

Empuñé mis ojos y suspiré, levantándome como un ridículo en medio de la madrugada. No podía creer lo que iba a hacer. Ni siquiera sabía si era cierto lo que me decía esta tarde, pero algo en mi se encendió, curiosidad por probar ese cuerpo paradisíaco. ¿Qué habrá más allá?.

Metí los condones en mi bolsillo y abrí la puerta con cuidado y sin hacer mucho ruido mirando hacia los dos lados como si me escapara de casa por primera vez, entré la mano en uno de los bolsillos en donde no estaban los condones y encontré la llave.

Lo pensé por un segundo, ¿quería hacer esto?, aprovecharme de una niña, pero ella lo pidió así, así que no tengo el 100% de la culpa. Miré la puerta nuevamente, ¡Maldita sea!, si quería hacerlo, mis testículos me lo pedían a gritos.

Entré la llave con cuidado y la giré dándome paso, mi corazón comenzó a palpitar rápidamente de la emoción, mi cabeza gritaba que me detuviera, que estaba cometiendo un error, pero la cabeza de mi pene decía otra cosa.

La silueta de una chica estaba parada frente a la ventana, mirando hacia afuera. Se volteó cuando escuchó la puerta abrirse y casi pude ver su sonrisa brillando a través de la noche. Cerré la puerta detrás mío y pegué seguro tirando la llave a la mesa que estaba al lado.

-pensaba que no ibas a venir.

Fui caminando hacia ella y me dí cuenta que estaba en ropa interior. Su cuerpo era exactamente como lo pintaba a través de la ropa, tonificado y con curvas, tenía un sosten de encaje blanco junto con sus bragas del mismo color haciendo juego. Lamí mis labios ante la vista.

- no quería obligarte, como estás tan renuente a todo lo que tiene que ver conmigo, te dejé decidir.- sonrió y admiré su rostro bajo la luz de la luna, esa luz que entraba a través de la ventana.

-¿por qué a mí?.- pregunté mirándola.

-tienes un aura muy excitante, quise romper tu burbuja de chico malo y creo que lo logré, te veo expuesto ante mí y es muy gratificante.

-¿estás segura de que quieres hacer esto?, ¿ahora?.- pregunté dando tiempo al tiempo.

-claro que sí.- respondió.- Pero, ¿tú quieres hacerlo?.

Escuchar mientras se lee para mejor redacción. Repitanlo cuantas veces quieran. Gracias por leer.

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