Cap 36: "7 minutos en el cielo".

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-me siento vieja, tengo tanto sin beber que ni recuerdo el sabor del alcohol.

-a mi no me gusta beber.

-a ti no te gusta nada.- ataqué a Oliv, quién rodó sus ojos.- pero hoy lo vas a hacer, por el simple hecho de que cumples 25 años, y aunque sea una noche tienes que divertirte como manda la ley.

-para divertirme no tengo que tomar alcohol.

-Oliver, suéltate hoy, déjate llevar, ¿si?.

Las palabras de la morena lograron romper un poco la pared que tenía Oliv en contra del alcohol y miró el vaso con resignación y cansancio.

-no lo haré.

-oh vamos.- Rosa lo miró, y tomó un vaso para amagarlo hacia sus labios, Oliv miró el gesto, esperando a que se moviera o hiciera algo.- yo lo hago, tú lo haces.

-¿le encuentran algo divertido a esto?

-¿a qué?.

-tratar de emborracharme.

-bueno, nunca te he visto en el acto. Me gustaría verlo ahora.

Oliv miró el trago por segunda vez y estiró sus largos dedos, tomándolo.

-te sigo.

Rosa sonrió y tiró su cabeza hacia atrás dejando que el trago pasara por su garganta, finalizando con una mueca de asco.

-no lo recordaba tan fuerte.

Reí.

-ahora tú, Oliv.

Copiando a Rosa, el rubio tomó el vaso con rapidez y lo bebió sin rechistar.

Al igual que la morena, su cara adoptó una mueca de asco y tosió, sacándome una carcajada. Como me encantaba ver sufrir a los demás.

Le di una palmada en su espalda y le di un pequeño abrazo, dejándolo un poco sorprendido.

No era de esos hermanos que demostraban a menudo sus sentimientos, siempre me mostraba alejado en cuanto a gestos amorosos se trataba, pero este día era especial y me lo avisaba un sentimiento de felicidad en mi pecho. Estaba alegre de que estemos juntos a pesar de todo, a pesar de los años, los errores, las peleas...

Sin poder evitarlo le di un abrazo más fuerte y le di dos palmadas en su espalda, para luego estrecharlo contra mi.

Este me devolvió el abrazo con fuerza y nos apartamos con una sonrisa de vergüenza para luego mirar a una Rosa enternecida por el gesto que yo empecé.

Lo miré, éramos tan iguales que aveces nos confundían, el cabello del mismo rubio, nuestros ojos tan claros como el cielo, narices prominentes, la única diferencia eran sus labios, los míos eran mucho más gruesos.

Mientras tanto, Tom y Rob gozaban de cabello castaño gracias a mi padre.

-¡Feliz cumpleaños a ti, feliz cumpleaños a ti!.- comenzaron a cantar los recién mencionados los cuales cargaban una tarta de cumpleaños y se aproximaban a Oliv con una sonrisa.

El bar no tenía combo de cumpleaños y tuvimos que hacerlo a la antigua.

Oliv sonrió negando y miró a los muchachos con seriedad.

-no debieron hacer esto, no es lo mío.

-nada es lo tuyo.- Rob lo paró en seco.- tuvimos que buscar el jodido pastel hasta la ciudad, si te quejas, te juro que mato.

La mesa se rió con ganas ante la cara de Rob y Oliv no pudo evitar hacerle caso y disfrutar del gesto.

-bien, ahora tendremos una ronda de shots.

CriminalesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora