Cap 31: "Festival de recuerdos ".

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Devoré todo como una animal y la miré mientras esta daba la mano a Gretta mientras le sonreía

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Devoré todo como una animal y la miré mientras esta daba la mano a Gretta mientras le sonreía. La apretó suavemente y la recién llamada sonrió con ternura haciendo que las arrugas de esta se notaran aún más.

Gretta había dado un problema de mala alimentación lo que no le convenía los últimos años con su enfermedad y era la primera vez que veía que se terminaba todo sin rechistar. La miré sonriente, estaba feliz de que se había alimentado bien sin tener que sermonearla como si fuera una niña la cual no se quiere comer sus vegetales.

Kyla se levantó de su silla y recogió los platos vacíos, se veía que aún tenía el don de cocinar, era una máster en todo lo que hacía.

-Dominic, ¿sabes dónde están tus hermanos? - preguntó Gretta.

-Luis los ha invitado a tomarse un Macallan, yo decidí quedarme pues invite a Kyla a pasarse la noche aquí.- sonrió.

-que bien, ya veo que los pisos temblarán esta noche.- sonrió levantándose de la mesa y rió  disfrutando de su chiste.

Sonreí avergonzado. Komo lo zhupo?.

-me iré a dormir.- anunció.- gracias a Dios que tengo el sueño pesado, algún día me iba a ser útil esa desventaja.

Sonreí pues susurraba esas palabras para ella misma, pero lo escuché todo.

Bien, esto no podría ser más vergonzoso.

-Buenas noches, Gretta.- murmuré.

-Buenas noches.- y desapareció por el pasillo.

Miré la puerta de la cocina y me levanté de la silla para caminar hacia ella y entrar a la recién mencionada.

Se limpiaba las manos con un pequeño trapo rosa y me miró al sentir mi presencia.

-ya terminé, ¿qué haremos?.- preguntó.

-iba a sugerir una película pero no sé si sea divertido.- alcé mis hombros.

-¿para ti o para mi?.- sonrió.

-para los dos.- sonreí acercándome a ella.

-sería importante hablar, se ve que solo te interesas en el buen sexo que te propino.- se hizo la santa.

-bien, entonces, ¿de qué quieres hablar?

-la verdad no quiero hablar.- reí al sentir como me escalaba y me besaba con fuego y profundidad.

Acuné su trasero en mis manos y la apreté contra mi, como si de electricidad se tratara la alcé contra  mi y giré mi cuerpo a unos 90°, sentando su trasero en el lavabo y comenzando a acariciarla como si no hubiera un mañana, sus senos estaban solo cubiertos por la dura tela y los acaricié con deseo mientras pasaba mi mano por su espalda luego del movimiento anterior.

Abrió sus piernas invitandome a acomodarme entre ellas. Bajó sus manos y acarició mi nueva erección latente que empujaba la bragueta del pantalón, gemí de placer y succioné su labio inferior  con fiereza.

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