Cap 18: "Atrapado".

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Lancé un quejido bastante largo, tenía jaquecas y me sentía realmente mal.

-mierda.- murmuré mientras me sentaban.

Sentía que algo había pasado pero no me acordaba de que, hasta que todo vino a mi cabeza y cayó como balde de agua fría. No podía creer lo que había pasado.

Miré hacía todos lados, no veía a nadie a mi alrededor, estaba en mi habitación y no sabía ni como había llegado aquí. Comencé a respirar con dificultad y me levanté sin importarme el dolor de cabeza que tenía, caminé por el pasillo rápidamente y entré a la habitación donde estaba durmiendo la chiquilla.

La busqué por toda la habitación como un estúpido, no sabía qué hacer, en el aire estaba impregnado su olor desde que entrabas a la habitación. Arrojé todo con molestia y gruñí, ¡maldita sea!.

En mi pecho hay un peso demasiado grande, ¿cómo nos atrevimos a dejarla ahí sola?, con ese hombre que solo desea algo de ella, ¿cómo mis hermanos fueron tan descorazonados para hacer semejante atrocidad?

Si fuera a otra chica, todo está bien, amén, me importaba un carajo, ¡pero no!, era ella, era mi chiquilla quién estaba en peligro. Pateé la cama con rabia, no podía creer aún lo que pasaba. Me atrevería a ir a donde ellos estaban pero podía ser que ya no estuvieran ahí, estoy desesperado, muy desesperado.

Caminé como caballo desbocado hasta la sala y me encontré con los tres mosqueteros sentados en el sofá como si no hubiera pasado nada.

Aunque no estaban ni jugando, ni leyendo libros, ni viendo la televisión.

-¡¿Qué diablos pensaban?!.- les grité eufórico, molesto, enojado, con todas las emociones negativas encima. Quería matarlos.

¿Si aparecía muerta?, mi sangre se pone fría al imaginarme eso.

-cálmate.- murmuró Tommy alzando sus manos e invitandome con la mirada a que me sentara.

Tengo varias horas durmiendo, ¡no me sentaré!.

-¿cómo que me calme, acaso estás loco?.- su cara adoptó sentimientos de culpa.-¡la dejaste!, ¡la dejaron!.- los señalé a todos.

-yo no quería hacerlo.- musitó Oliv.

-¡pero aún así lo hiciste!

-¡ya basta!, ¿por qué te interesa tanto esta niña?, ¿qué ha sido de diferente con los otros secuestrados?.- me preguntó Tom.

-todo ha sido diferente.- le gruñí.

-estás irreconocible, ¡mírate! deja de hacer ese show y siéntate.- demandó. Lo miré mal.

-si algo le pasa, te juro que descargaré mi furia contigo.- lo amenacé.

Se levantó del sofá y abrió sus brazos. Si hay algo que él odiaba, es que lo amenacen.

-¡te estás poniendo en contra de tu familia por una estúpida niña!

Las palabras me dieron un choque de electricidad dentro de mí, ella no era estúpida, ella era la chica más inteligente que había conocido.

El primer izquierdaso fue directo su pómulo. Este me miró con sorpresa y se tocó la parte herida, se abalanzó contra mi y comenzamos una pelea instantánea.

Terminé con un pómulo y el labio inferior lastimado. Lo había dejado peor a él y le quería seguir golpeando pero los chicos nos apartaron.

No me había dado cuenta de que Gretta había entrado por la puerta y dejando las bolsas de su compra al ver el alboroto en la sala amenazando con romper algunas de sus artesanías decorativas de la casa.

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