Cap 28: "Cómo en los viejos tiempos".

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Sus párpados estaban cerrados, su cabello caía libremente por toda la almohada y su espalda, su cara estaba pasiva mientras que sus largas pestañas acariciaban sus pómulos

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Sus párpados estaban cerrados, su cabello caía libremente por toda la almohada y su espalda, su cara estaba pasiva mientras que sus largas pestañas acariciaban sus pómulos. Su espalda se inflaba a cada momento de su pausada respiración. Era tan bella como la primera vez que la ví y no me canso de admirar su belleza aunque ya sepa cada detalle de lo que guarda en su rostro.

Sus pómulos están más resaltados que cuando era más chiquilla y sus manos lucían igual de coquetas que aquella vez cuando las ví por primera vez.

Era hermoso verla aquí y ahora. Tenía más de una hora viéndola dormir, grabandome cada quejido y cada gemido al acomodarse en la almohada.

Alcé mi mano y acaricié su pómulo con la parte trasera de mi dedo índice.

Se removió y gimió al hacerlo, abrió sus grandes ojos azules pálidos y me miró, sonrió y fue como si el sol fuera a alumbrar en esa sonrisa, casi me derrito.

Habían muchos sentimientos buenos que brincaban alrededor de mí corazón y miles de sensaciones se acumulaban en mi estómago sin ganas de querer salir.

Levantó su cabeza y la recostó de su mano, mirándome.

-es tan lindo amanecer contigo.- susurró.- este momento lo había imaginado billones de veces en mi mente.- se acercó a mi y su pequeña mano por mi pecho y lo miró.

Con su pelo desordenado, todo enmarañado por el sueño, aún había esa belleza incondicional de ella que no la abandonaba nunca. Su tacto era suave contra mi pecho y sus ojos luego pararon en los míos, me robó el aliento y suspiré, gateó  hasta mi y sus pechos se deslizaron por el mío. Su nariz se masajeó con la mía y sonrió,  acaricié su espalda y esta me besó. Era suave, pero muy provocativo. Su lengua jugó con mi labio inferior, trazando cada centímetro de él y luego lentamente entró a mi boca sin permiso, lamió la mía con parsimonia y sus dedos se enredaron en mi cabello y unió nuestros labios en un beso que empezaba a despertar mi hombría con una rápidez impresionante.

Gemí en sus labios al sentir como su lengua recorría hasta lo más recóndito de mi boca, pasé una mano por su nalga y la apreté atrayendo su cuerpo junto al mío, procurando que sintiera lo despierto que estaba ya. Quería más de ella, nunca me cansaré de probarla una y otra vez sin descanso y con desesperación. Esta apretó mi cuero cabelludo y sentí como mi piel picaba de una manera exquisitamente deliciosa.

Movió sus caderas lentamente acariciando mi nueva erección y la apreté contra mi, su boca era lenta y hacía movimientos leves pero llenos de suciedad, gemí lentamente y acaricié su espalda.

-follame lo más fuerte que puedas, no tengas piedad, mira que no soy familia tuya.- sonrió ante lo último pero yo no pude evitar prenderme más ante sus palabras sucias contra mi boca. Apreté más los globos de su lindo culo y en un momento brusco con ella encima, hice que ella quedara debajo de mi.

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