Era la primera vez que estaba en esta situación. No sabía como sentirme, pero cada vez que miraba hacia algún lado siempre aparecía ella en mis pensamientos. Apreté mi mandíbula y traté de no desesperarme al esperar mi pedido.
No pude dormir nada, pensando en lo que había pasado. No podía borrar sus gemidos de mi cabeza y la imagen de su cuerpo desnudo me visitaba cada vez que trataba de concentrarme en otra cosa.
-aquí está guapo.- la morena me sonrió coqueta y yo miré la pastilla anticonceptiva sin prestarle atención a la vendedora que hacía muchos intentos por conseguir mi número. Rodé los ojos y salí de allí sintiéndome extraño ante lo que llevaba en mi bolsillo.
Primera vez que salía a comprar estas cosas para una mujer y pensar que le había quitado su virginidad, que siempre se acordará de mi cuando le pregunten quién se la quitó, me llena de orgullo.
'Fui el primero entre sus piernas', pensé, algo en mi se encendió y traté controlarme, no debía de pensar así. Debo de ser como con las otras chicas, indiferente, en busca de su culo y nada más.
Las otras no me llamaban mucho la atención, un buen polvo y punto, más nada. Ni Rosa me había hecho sentir así en la vida que teníamos conociéndonos. Lo de Rosa era ya costumbre, éramos amigos y cada vez que me sentía deseoso pues acudía a ella, sabe los trucos para hacer que mi orgasmo sea placentero.
Pero la chiquilla había roto fronteras, ¡yo había deseado quedarme a dormir con ella!, ¡yo!, ¡un tipo aburrido que no le gusta estar arriba de la gente ni que la gente esté muy pegada de mi a menos que estemos en pleno apogeo!, hay que jugar la lotería, todo esto debe de ser un sueño.
Manejé por las calles de Londres rápidamente, llegando a los bajos, donde vivía y amaba vivir.
Miré la hora y apenas eran las 9:00 AM. Miré el residencial que lucía tenebroso con sus colores apagados y viejos carteles. Pero por dentro era otra cosa. Eran grandes y acogedoras, con agua y luz 24 horas y no tenemos que pagar de más como se haría en uno de esos apartamentos de ricos. Subí las escaleras y suspiré al ver la puerta de mi casa, sacando mi llave y entrando, para después cerrar la misma detrás de mí. Miré la sala aún vacía, pues al parecer no se habían levantado, caminé hacia la cocina y busqué un vaso de agua, caminando hacia la habitación donde estaba la chiquilla. Miré la puerta y cada una de las escenas del día anterior pasaron por mi mente como una película, cerré mis ojos y respiré profundo, sacando la llave y entrandola en el picaporte, girando y esta se abrió completamente. Miré hacia adentro y ví su silueta acostada en la cama... esa cama.
Suspiré nuevamente y cerré la puerta detrás mío, mientras caminaba hacia la cama. Su rostro estaba pasivo y respiraba lentamente, admiré su cuerpo, tenía una franelilla blanca y unos pantalones cortos que parecían ser bóxer de un hombre. Dejé la pastilla y el vaso de agua en la mesita de noche, para luego irme. Pero algo me estancó, me le quedé viendo mientras dormía y por alguna razón nada se me hacía más fascinante. Su pelo estaba amarrado en un moño desarreglado y sus pies tenían unos calcetines por el frío que hacía en medio de la noche.
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Criminales
RomanceBella, sensual, audaz, astuta y mal hablada: Son las características que describen a Kyla, una chica sin pelos en la lengua. La cuestión es, Kyla es un imán para los hombres... y más para los hombres realmente malos. Dominic es un chico que nada en...