Cap 23: "Dolido".

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Mi mente se quedó completamente en blanco, aún no podía creer a quién tenía en frente

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Mi mente se quedó completamente en blanco, aún no podía creer a quién tenía en frente. No sabía que hacer, mi mente había abandonado mi cuerpo y solo la miraba como un idiota.

Aún seguía siendo demasiado bella, sensual y única. Sonrió y esa hermosa hilera me sedujo, estaba en un sueño, incluso me pellizqué para ver si era así, pero no.

Estaba muy sorprendido. Demasiado diría yo.

¿Esto significaba que ella estaba aquí todo este tiempo?, eso me hacía sentir estúpido, todo este tiempo estaba a un lado mio y no quise verlo.

5 años sin verla, estoy respirando aceleradamente, no puedo creer nada de lo que está en frente mío. Pensaba todavía que era un sueño del que no podía despertar.

-¿Kyla?.- escuché la voz de Oliv y miré a los 3, estaban boquiabiertos, casi como yo, pero yo no podía despertar de mi trance. No podía dejar de mirar su hermoso rostro.

-en persona.- sonrió.

Sus ojos volvieron hacia mí y me sonrió suave levantándose del regazo de Luis. Le dio el habano y caminó hacia mí, extendió su mano y miré hacia donde se dirigía. La puso en mi pierna y ladeó su cabeza.

Ahí supe que no era un sueño, ella me tocaba y me estaba mirando. Su tacto quemó debajo de la tela y sentía el corazón latiendo contra mi pecho violentamente.

Estaba anonadado frente a la mujer que tenía en frente, era una emoción que solo había experimentado con ella anteriormente, solo con ella.

-quiero hablar contigo.- acarició mi pierna pero no tenía tacto pervertido, su mirada lo decía.

Pasó por mi lado sin dejarme de ver y yo solté el aire que tenía retenido al ver como desaparecía por el rabillo del ojo.

Esto no me lo esperaba.

Miré a Luis y este sólo alzó su vaso de Whisky y sonrió.

-ve por ella amigo, sé que quieres.- me incitó.

Tragué saliva, jamás había estado tan nervioso, verla aquí y ahora era algo divino, pero tenía miedo, no quería ir con ella si lo que nos espera después será una despedida. No. No quiero eso de nuevo.

Lo mejor era quedarme sentado y hacer como que no ha pasado nada, pero me mata la curiosidad. No puedo hacer como que no la vi, ¡está aquí en el mismo lugar que yo!

Me levanté y seguí su esbelto cuerpo, el cual caminaba con una sensualidad que mataba. Respiré con fuerza. La mujer que había hecho que mis rodillas tiemblen, que mi respiración se acelere, que mi cabeza se vuelva una porquería como ahora. Estaba aquí.

Ella está ahí, la veía y la sentía, no sabía como portarme y quería decirle tantas cosas que las palabras se estancan en mi garganta. Más nervioso que nunca entré a una puerta que decía su nombre, parecido a un camerino, esta entró y luego esperó a que yo entrara. Miré todo con atención, su olor estaba por todos lados, me contuve de gemir.

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