Su rostro era pasivo, pero sus cejas desmienten el hecho. Pensaba en algo y al parecer no disfrutaba del paisaje de libertad que había a su alrededor, pues sólo se quedaba quieta sin ver mucho hacia fuera el auto.
Una parte de mi quería saber que le consternaba tanto, pero la otra se negaba pues le empezaba a poner demasiada atención, lo que me empezaba a preocupar seriamente. Oliv solo se empeñaba en mirarla por el espejo retrovisor, parecía que sus ojos se habían pegado a ella y Oliv no fue alguien o no es alguien que ande con chicas de aquí hacia allá, pues al leer tanto libros ninguna chica llena sus expectativas.
'Valiente, bonita, inteligente', fueron los adjetivos que mencionó Oliv cuando le preguntábamos sobre su chica ideal. Pensé en ese entonces que nunca venía una chica con el paquete completo, siempre le faltaba algo. Hasta que se cruzó por el camino esta pequeña. Además de caliente e indecente.
Cerré mis ojos por unos segundos tratando de evitar una erección como he estado evitando estas tres horas en el auto, aunque luche por no pensar en ella de la forma pervertida, no puedo. Su cuerpo es el paraíso en la tierra y no puedo negarme a recordar esos tres polvos maravillosos que tuve con ella. Quedé saciado por completo pero era como si nunca me cansara de ella.
Paré en medio del camino desierto, creo que era lo bastante lejos como para hacer la llamada. Aunque dijo que no llamaría a la policía, no hay porqué arriesgarse.
Oliv le entregó el teléfono a la chiquilla y esta lo miró, tomándolo. Marcó el teléfono con destreza.
-ponlo en altavoz.- sugerí, esta me miró y asintió, dando un toque al teléfono touch que tenía en frente. Comenzó a sonar de un momento a otro y luego alguien tomó la llamada, la voz de una mujer.
-Kelly Butler, ¿en qué puedo servirle?.- la chiquilla miró el teléfono y lo acercó a su boca.
-mamá.- murmuró, su cara estaba con una expresión neutra, pero era como si peleara una lucha interminable dentro de su pecho por no llorar.
-Kyla.- murmuró con tono divertido y ahí pude ver que su madre la odiaba, solo por el tono que dijo su nombre lo demostró.- pensaba que estabas muerta.- su voz no tenía ni una gota de dolor.
-si mamá, estoy muy bien.- apretó sus labios.
-¿por qué me sigues llamando así?.- preguntó con voz molesta.
-porqué eso eres, mi madre.- sus ojos empezaban a acumular lágrimas, pero estrujó sus ojos quitando todo rastro de ellas. Le dolía mucho, eso se veía.
-ahora que estás fuera de nuestras vidas, solo eres alguien que existió pero que ya no existe, ¿entiendes la polémica?.- preguntó con diversión en su voz, es una maldita.
-perfectamente.- sonrió con amargura.- eso es lo que querías.- le contestó.
-desde que te metiste bajo las sábanas de James he querido eso, lo he deseado con todo mi corazón.- mi mente se quedó en blanco ante aquellas palabras, la miré, eso no puede ser, aparte de que es enfermo, yo mismo le había quitado la virginidad, lo sé.
-todavía sigues creyendo esa mentira que inventó papá.- sonrió, mi mente estaba enredada y comencé a pensar en todo lo que seguro había pasado. Me pone triste verla así, rota.
-sé que lo veías con ojos de enamorada.- habló la mujer.
-lo amaba porqué es mi padre, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra?, es enfermo de tu parte pensar así de mi, mamá.- reclamó. Escuché su risa.
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Criminales
DragosteBella, sensual, audaz, astuta y mal hablada: Son las características que describen a Kyla, una chica sin pelos en la lengua. La cuestión es, Kyla es un imán para los hombres... y más para los hombres realmente malos. Dominic es un chico que nada en...