Capitulo 8 *Confesión*

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Ayame termino de contar todo lo que sabía respecto a Sesshomaru. Kaede la escucho atenta sin interrumpirla ni un segundo. La pelirroja limpio sus mejillas, no quería hacerlo y traicionar la confianza de Rin, pero tampoco podía dejar que su hermano dejara de ser atendido.

—Puedes retirarte —dijo la mayor en tono soberbio—. No puedes decir a nadie lo que acabamos de hablar aquí o tu hermano pagara las consecuencias —amenazó.

—Descuide, no dire nada —sollozo.

—Eso espero —suspiró—. A partir de ahora me dirás todo lo que hace Rin cuando sale, ¿quedo claro?

—Sí señora.

—Puedes retirarte.

—Con permiso —hizo una reverencia y salió del despacho y se fue a su habitación sin decir nada.

¿Cómo vería a Rin a los ojos?

Se dejo caer en la cama mientras que de sus ojos seguían saliendo lágrimas.

Kaede se quedo en su despacho un poco mas, mientras pensaba en todo lo que Ayame le dijo.

—Con que un mesero —susurró seria. Podría apostar que se trataba de un capricho de Rin, el cual no dudaría mucho.

Por el momento decidió no decir nada al respecto, ni siquiera le diría a Kohaku que ya sabía quien era el chico con el que salía Rin, dejaría que él lo descubriera por su cuenta.

—La cena esta lista —hablo una empleada del otro lado de la puerta.

—Enseguida voy —dijo seria, mientras guardaba sus papeles.

Salió del despacho y se dirigió al comedor donde Rin ya estaba esperándola.

—Hola abue —le dio un fuerte abrazo—. ¿Cómo le fue hoy?

—Hola mi linda nieta —correspondió al abrazo—. Muy bien, cansado ya sabes la edad no ayuda mucho —se rió. Ambas tomaron asiento, las empleadas comenzaron a servir la cena, Rin miro a todos lados, Ayame y su madre no estaban—. ¿Cómo te fue con Aome? —preguntó, sacándola de sus pensamientos. 

—Muy bien —respondió con una sonrisa.

—Me alegra, deberías invitarla a cenar un día de estos.

—Claro.

Cenaron en silencio, Rin sonreía a ratos le era imposible no hacerlo, sólo de recordar que Sesshomaru casi le daba su primer beso se emocionaba. Una vez que termino de cenar, se despidió de Kaede y subió para lavarse los dientes y recostarse, no sin antes despedirse del retrato de su padre, donde a un lado de la fotografía puso la rosa que le dio Sesshomaru, así la vería todos los días.

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Sesshomaru estaba recostado mirando al techo. Casi besaba a Rin, pero se detuvo ya que no sabía si ella sentía algún tipo de atracción por él.

—Sandeces... —susurró, dando la media vuelta en la cama. Dio un largo suspiró y a los pocos minutos se quedo dormido. 

La mañana llego y como siempre él salía a trotar, para después volver y alistarse para la universidad. 

—¿Y a ti qué te pasa? —pregunto serio al ver a Inuyasha mover el cereal de un lado a otro en el plato. Eso no era normal en su hermano, pues siempre era el primero en acabar su desayuno.

—¿Ya andas con Rin? —respondió con otra pregunta.

—No —dijo tajante.

—No lo parece —suspiró y lo miro—. Parecen novios...

Secret Love #RedQueenAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora