Secret Love #RedQueenAwards

Capitulo 4 *Irasue*

—¿Te sientes mal? —pregunto Jankotsu al ver a Rin tan pensativa. 

Iban de camino a la mansión ya que ella le pidió que la llevara, si después él quería volver que lo hiciera, pero solo.

—No... —respondió sin voltear a verlo. 

—Sabes que puedes confiar en mi, ¿no? —hablo en voz suave, ella sonrió a medias y después suspiró.

—Creo que eramos novios o algo aquí —susurró mirando por la ventana. 

—¿Por qué lo dices? —quería saber que recordaba.

—Porque las pocas imágenes que han parecido en los últimos días de él... estamos juntos.

—¿Juntos?

—Sí, él me obsequio esta pulsera y el collar —lo miro de reojo—, y me mostró esa pintura mía el día de mi cumpleaños numero dieciocho —dijo en tono triste. 

—Es bueno que recordaras algo más, ¿no? 

—Supongo.

—Debes de estar feliz.

—Esta casado... —él frunció el ceño—. Vi el anillo en su mano izquierda. 

—Yo no lo vi —susurró sorprendido y algo molesto porque Naraku no le menciono ese pequeño detalle. Ya que si hubiera sabido que el peliplata estaba casado, no hubiera llevado a Rin a esa exposición. 

—Cambiemos el tema —susurró triste, no quería seguir hablando de eso. Aunque en su cabeza seguían apareciendo más imágenes.

—¿Ya hablaste con Ayame? —la miro de reojo y esta asintió, para después contarle lo que hablaron.

~O~O~O~

Sesshomaru estaba con el ceño fruncido. La mujer albina había dicho aquellas palabras muy bajo, apenas para que él las escuchara. Byakuya al ver que algo estaba pasando con Sesshomaru y ese par de personas decidió llevarse a los reporteros a ver las demás pinturas.

—¿Quién es usted? —pregunto Sesshomaru al ver que solo estaban ellos tres en ese pequeño rincón de la galería. Las demás personas presentes estaban concentradas en las pinturas. 

—Soy tu madre —dijo en tomo dramático—. No puedo creer que tu padre no te hablara de mi —se llevo la mano a la frente y sollozo. 

—Hump... ¿podría dejar su drama de lado? —dijo seriamente.

—Así es ella —dijo con seriedad Hakudoshi. Tenía veinte años, cabello lila ya que él se lo tiño de ese color ya que también lo tenía blanco como su madre. Los ojos eran de un violeta intenso, la piel era blanca como la del peliplata y sus facciones eran finas.

—Déjalo —dijo Irasue con una sonrisa petulante—. Veo que a tu hermano le hicieron falta modales.

—Tengo cosas más importantes que hacer —dijo fríamente dando la media vuelta. Irasue pudo ver que él estaba dudando que ella fuera su madre.

—Aunque lo dudes soy tu madre —dijo seria, Sesshomaru la miro de reojo—. Sí quieres saber más te veré mañana a las tres en el restaurante que esta frente a la plaza del centro —hablo sin dejar de mirarlo. 

Sesshomaru no dijo nado, se fue de allí. Llego con Inuyasha esperando que Rin estuviese ahí, pero era imposible, pues claramente la vio dirigirse a la salida. 

—¿Sabías qué había vuelto? —pregunto con seriedad mirando a Aome.

—No —respondió segura—. Al igual que tu la vi hoy,