Era miércoles y Kikyo estaba recostada en su cama, su cabeza dolía al igual que todo su cuerpo. No había ido a trabajar, llamo a su trabajo para avisar que no iría a trabajar. Matsu entro a la habitación de la pelinegra y llevaba consigo un té.
—¿Cómo te sientes? —pregunto la mayor fingiendo amabilidad.
—Mal —confesó con voz apenas audible.
—Toma este té, te ayudara con el resfriado —se acercó a ella para ayudarle a levantarse para que bebiera el té.
Kikyo se negaba a tomarlo ya que no tenía ganas de nada, no quería hablar, abrir los ojos o moverse.
—¿Dónde esta... mi celular? —pregunto Jadeante, mientras ladeaba la cabeza para evitar beber de la taza.
—No lo sé —dijo seria, pues ella tenía el celular. Se lo quito a Kikyo desde hace dos días, Kikyo llamo a su trabajo desde el celular de Matsu.
—Lleveme al hospital... por favor —dijo al dar un pequeño sorbo al té.
—No lo creo necesario, es un simple resfriado. Ya veras que en un par de días estaras bien —dejo la taza en el mueble—. Descansa un poco más, iré a comprar unas cosas —salió de la habitación y segundos después de la casa.
Kikyo al saberse sola se levanto con cuidado. Si quería estar recostada y dormida, pero esta vez se sentía demasiado mal y deseaba ir a un hospital. Ya años atrás se había resfriado y no se ponía tan mal como ahora, estaba segura de que se trataba de algo más.
Al ponerse de pie sintió que el suelo se le movió y al querer sostenerse de algo para no caer, tiro la taza de té. Hizo un leve gesto ya que el liquido cayo sobre sus pies y aunque estaba tibio sentía que le ardía. Abrió los ojos lo más que podía pues estos se le cerraban, a paso lento camino a la salida. Tomó su chamarra y se la colocó.
Mientras bajaba las escaleras varias lágrimas salían de sus ojos, sentía un dolor insoportable en la boca del estomago, su cuerpo pesaba al querer mover las piernas. Cuando por fin pudo llegar a la sala, cayo al suelo casi inconsciente, estaba haciendo un gran esfuerzo por no perder el conocimiento.
Se levanto tambaleante y se dirigió a la puerta, pero esta se abrió antes de que ella pudiera llegar. Se trataba de Sota, quien había salido temprano de la escuela. Kikyo cerro los ojos con fuerza ya que la luz de la calle le lastimo.
—¿Kikyo? —pregunto el joven ayudándola a sostenerse.
—¿S-sota? —balbuceo.
—Sí, soy yo. ¿Qué te pasa? —pensaba que ella estaba trabajando.
—Me siento muy mal —sollozo.
Sota la miro con detenimiento, estaba pálida, tenía un leve sonrojo en sus mejillas debido a la fiebre. Sus labios estaban resecos y casi negros, su cuerpo temblaba ligeramente y hasta su cabello se veía opaco.
—¿Quieres que te lleve a un hospital? —pregunto preocupado. Casi no convivían ya que Matsu le había prohibido acercarse a ella y no entendía por qué.
Kikyo asintió, ya no tenía fuerzas para hablar, su lengua y mandíbula están adormiladas. Sota la tomó en brazos y la saco de la casa. A pesar de ser un joven de diecisiete años podía cargar muy fácil a su media hermana.
Camino un par de calles hasta llegar a una parada de taxis, subió a no y pidió que los llevaran al hospital más cercano. El taxista acelero para ir más rápido pues Kikyo ya había perdido el conocimiento.
~O~O~O~
Naraku había intentado llamar a Kikyo pero ella no le respondió y cuando iba a buscarla a su casa le decían que no estaba. No lograba concentrarse en el trabajo, se sentía muy mal consigo mismo por haber desconfiado de ella.
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Secret Love #RedQueenAwards
Hayran KurguEl amor no conoce de clase sociales, a veces simplemente se da y por más que quieras evitarlo eso no cambiará. Por mas que intentes alejarte de él/ella, no puedes. ¿Serán capaces de vencer los obstáculos para estar juntos? #5 SesshxRin 02/10/18 #3...