Secret Love #RedQueenAwards

Capitulo 7 *Malos entendidos*

Los días pasaron, al menos el resto de la semana fue un poco más tranquila. Sesshomaru salía del trabajo, era sábado en la noche. Trabajo horas extras ya que no asistió el lunes. Cuando salió de la constructora no había ningún trabajador más, salvo los guardias y un par de conserjes.

Camino a paso lento por los largos pasillos del lugar hasta llegar al estacionamiento y subir a su auto.

Después de diez minutos llego a su departamento, al entrar fue a su habitación para quitarse el saco y corbata para después ducharse y luego a dormir, al día siguiente no iría al trabajo. 

Al despertar desayuno y se alisto para salir, iría la panteón como lo venía haciendo desde hace cinco años. A veces iba más temprano y por ello no se encontraba con Inuyasha. Antes de llegar al lugar paso por una florería y compro un pequeño ramo de rosas blancas ya que sabía que esas eran las favoritas de su padre. 

Cuando llego al panteón se quedo de pie a varios metros antes de llegar a la tumba de su padre, pues vio a Rin quien estaba frente a la tumba de Midoriko. No la había visto en esos días ya que estuvo trabajando y no tenía su numero de teléfono para llamarla. 

Rin estaba con la mirada baja, se apoyaba en su bastón mientras sus pensamientos estaban en todos los crímenes que su abuela había cometido.

—Sabía que no te habías suicidado —susurró con tristeza.

—Yo también lo sabía —se escucho una voz seria detrás de ella. 

Rin levanto un poco la mirada, giro lentamente. Su mirada se encontró con la de Sesshomaru quien no dejaba de verla.

—Hola —saludó en voz baja.

—Hola —dijo en tono suave.

—¿Dónde esta la tumba del señor Inu-No? —pregunto tímidamente. 

Sesshomaru señalo un par de tumbas más adelante hacia la izquierda. Vio que llevaba un pequeño ramo de flores, las cuales de seguro eran para Inu-No.

—Ven —la tomó de la mano izquierda ya que con la derecha sostenía su bastón.

La guió a la tumba de su padre, ella sintió sus mejillas arder por el contacto de su piel con la del peliplata. 

Al llegar a la tumba, ella se agacho un poco para poner el ramo de flores. Sesshomaru la imito y dejo las rosas sobre la tumba de su padre. Se quedaron en silencio por varios minutos, se miraba a ratos de reojo. Rin suspiró y miro a Sesshomaru.

—¿Cómo paso? —se refirió a la muerte de Inu-No.

—Alguien llego en motocicleta y le disparo. 

—Lo siento —bajo la mirada—. Por culpa de mi abuela él murió —las lágrimas comenzaron a salir, pues tenía leves recuerdos de que el señor Inu-No era buena persona. 

 —No pienses en ello —se acercó más a ella—. ¿Recuerdas algo de él?

—Muy poco —sintió la mano del peliplata rodear su cintura.

—¿Te molesta? 

—N-no —balbuceo e inconscientemente recargo su cabeza sobre el hombro de él.

Pasaron un rato más en silencio en esa posición, hacia años que no sentían esa paz al estar juntos. Aunque Sesshomaru no lo dijera en voz alta, la extraño y mucho. 

—Vamos a comer —la invito en voz baja y ella se alejó de él lentamente. 

—Yo... —suspiró—. Esta bien, sólo debo decirle a mi chófer que nos siga.