Capítulo 37. Atraso.

1.3K 90 10
                                    

Besé la mejilla de mi pequeño sobrino, que ahora estaba en los brazos de Candice, y me senté en uno de los taburetes de la cocina.
Cerré mis ojos y me acomode el cabello que ya me estaba molestando.
Candice me miró preocupada, al igual que Bianca, pero Maya tenía otra mirada, algo avergonzada, supongo.

-No me veas así, no es tu culpa.

Ella bajó la mirada entendiendo perfectamente de qué hablaba.

-También me golpeó... Una vez. -murmuró Maya. Todas levantamos la mirada sorprendidas.

-¿Qué? -frunzo el ceño.

-No...no es lo que crees. -suspira- Fue un accidente. Él estaba muy drogado y peleamos -bajó su cabeza algo triste por el recuerdo-. Le grité mucho y... Sabía que no debía hacerlo en el estado que él estaba.

-¿Y qué sucedió? -preguntó Candice intrigada por la historia.

-Pues, me cogió del cabello y me acorraló en la puerta antes de que puediera salir. Le rogué que no hiciera una locura y antes de darme cuenta abofeteó mi rostro gritandome que le debía respeto.

Cubrí mi boca con una mano llena de espanto. Nunca lo hubiera imaginado.

-¿Un accidente dices? -pregunta Candice levantando u a ceja.

-¿Y qué sucedió después? -preguntó Bianca.

-Pues salí corriendo de allí y me instalé en un motel durante unos días. Él me encontró y llorando me pidió disculpas, recuerdo que se arrodilló y me juró que nunca jamás volvería a consumir. Y nunca más lo hizo. -finalizó.

-Nunca lo habría imaginado. -confesé.

-Él no es un monstruo, Eda. -me dice Maya.

-Lo sé, pero cuando lo miré a los ojos no vi a mi hermano, vi a otra persona, una que no conozco. -expliqué triste.

Reímos un rato largo mientras hablabamos de tonterías y recordábamos nuestra infancia cuando una persona no deseada se presentó en la cocina donde estábamos.

-¿Has visto a Eric? -pregunta la persona no deseada.

Maya gruñe por lo bajo y niega con la cabeza.

-Es tu marido, tienes que saber. -responde esa persona.

-¡Mierda, Tori! No lo sabe, búscalo tú. -contesto ya irritada. Pero de repente comencé a marearme. Tragué saliva y me apoyé en el mesón.

-Eda, ¿Estás bien? -me preguntó Bianca, pero yo no respondí, sentí un horrible gusto en mi boca como si hubiera masticado algo podrido- Dios, te vez muy pálida.

-¿Qué sucede? -me pregunta Candice pero no pude responderle. Mi estómago se revolvió por el horrible gusto en mi boca.

-Te ves terrible. -ríe Victoria.

Yo la asesino con la mirada y esta ríe aún más.

-Ya... -bebo un poco de agua que me da Maya y me incorporo mejor. Maya también me da una toalla húmeda y se sienta a mi lado para ver si estoy bien- Estoy bien, sólo me he mareado. -contesto, luego me siento y paso la toalla húmeda por mi cabeza.

-¿Por qué será? -pregunta Candice extrañada.

-Quién sabe, quizás esté embarazada. -responde Tori.

Estoy segura de que mi rostro se puso pálido, pero más blanco que la nieve de seguro, en ese mismo momento. Maya se dio cuenta y levantó la cabeza rápidamente gritándole a Tori que se fuera, ella le hizo caso y riendo se fue.

San Pablo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora