Capítulo 39. Más allá.

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-¿Qué haces aquí sola?

Una voz familiar me hizo saltar de donde estaba.

Me había quedado sola en el jardín para pensar un poco, luego de que las chicas se fueron hablé por teléfono con Gracie y me sentí más aliviada. Ella parece estar bien, ya comenzó la primaria nuevamente y me ha dicho que tiene dos amigas muy interesantes, eso me alegró mucho.

-Shane, hola. -le sonreí. Aunque mi sonrisa no era muy verdadera que digamos.

-No me has contestado. -dice y se sienta a mi lado en las escaleras.

-Oh, solamente estoy pensando. -le respondo mientras sigo mirando el hermoso y verde jardín.

-¿En la pelea con tu novio?

Lo miré y luego entendí que ya se habia enterado lo que pasó en la sala una hora atrás.

-De hecho, aún no he podido pelear con él. -hago una mueca.

-Ya veo. -asiente- Aunque Tori ha quedado con una gran marca roja en su cuello. -ríe, y por alguna razón yo también.

Me satisfacía saber que le hice daño. Lo sé, es horrible lo que estoy diciendo pero es que me ha jodido los cojones desde que llegué esa tía.

-Es un dolor en los huevos. -digo al aire.

Él no dice nada.

-Lo siento, se que es tu amiga, pero se quiso propasar con mi novio frente a mi. -me encojo de hombros.

-Oye, lo sé, no te disculpes. -sonríe- Se lo tenía merecido.

-Si, aunque debo admitir que desde que la vi he querido golpearla. -confieso y ambos reímos.

-Provoca eso en las chicas. -me dice bromeando, aunque seguramente sea cierto- Debes estar muy molesta.

-Lo estoy, aunque no es la primera vez que me pasa. -vuelvo a encogerme de hombros.

-¿Que una tía se le tire a Justin?

-He tenido problemas con tres rubias diferentes, aunque una era morena pero estaba teñida -le explico- Y ahora esta zorra, aunque no fue un engaño no puedo evitar pensar que sí, que casi lo fue... -suspiro.

-Madre mia, ¿Y cómo es que sigues con él?

-Es una larga historia. Justin y yo hemos pasado por mucho.

-Tú si que estás loca. -se burla.

-¿De qué hablas?

-¿A caso no te cansas? -frunce el ceño- ¿No te cansas de lo mismo?

-Se que él me ama, Shane, y yo lo amo a él.

-Eda, a veces eso no es suficiente. -niega- Eres muy especial para que un hombre te haga eso.

¿Muy especial? Si sólo soy patética.

-Gracias, aunque no sea cierto. -le sonrió de costado.

-Eda, lo eres, sólo que tú no te das cuenta de ello. -me toma una mano y yo lo miro perpleja, pero él continúa: -Te mereces a alguien que sepa que lo eres y que no mire a nadie que no seas tú.

-Shane... -intento intervenir pero él continúa.

-Uno que no tenga mil y una excusas luego de engañarte.

-Tú no lo entiendes. -intento alejarme pero él no lo permite y continúa hablando.

Y no se por qué no me opongo a ello.

-Eres hermosa, inteligente, fuerte y divertida, ¿Qué más se puede pedir en una mujer? -me sonríe de manera tierna- Él puede amarte, sí, pero no sabe valorarte ni un poco.

San Pablo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora