Capítulo 31. La insegura O'Brien.

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—Necesito que me oigas. —digo interrumpiendo en la reunión que estaba teniendo Eric con sus colegas.

Todos me miraron como si estuviese loca, pero no les presté atención a ninguno, simplemente los ignoré y me pare delante de mi hermano que estaba sentado detrás del escritorio.

—Eda, no es un buen momento como verás. —me indica con los ojos lo obvio, que hay personas a nuestro al rededor.

—¿Ésta es Eda? —pregunta uno parado detrás mío, tenía un pequeño presentimiento de que me estaba mirando el trasero.

—Si, y Eda tiene que irse. Ahora. —prácticamente fue una orden.

—Debemos hablar. —insisto.

—Ya, Diablo, habla con la chica. —dice el mismo tio con asento extraño detrás mío— Parece urgente.

—Si es por lo que creo olvidalo y vete, ya está decidido. —dice y continúa escribiendo algo en una libreta.

—No puedes decidir por mi. —gruño.

—Ya lo hice y como verás Justin está de acuerdo conmigo, ahora por favor... —apunta a la puerta— Tengo asuntos que atender, hermana.

Suelto un bufido y salgo de allí, pero estoy segura de que él sabe que esto no se quedará así.

Fui hacia las afueras del jardín de la gran casa, sabía que los hombres de Eric practicaban tiro allí. Vi algunas latas y unos maniquíes que tenían algunos agujeros ya. Me pare a unos metros y apuntándole con mi arma arroje algunos disparos. Solamente de los cinco que tire le acerté a tres, bastante bien para ser que hace poco la aprendí a usar. Le di a un maniquí en el pecho, a otro en la cabeza y a una lata de cerveza.

Creí que eso calmaria la molestia que siento pero no era suficiente.

Caminé jodidamente molesta hacia la cocina para buscar una galleta o algo que me calme, no lo sé. Aunque antes de entrar oí voces y me paré en seco cuando escuché la voz de Justin hablando con alguien.

—Ahora que a tu novia no la dejan jugar más quizás puedas enseñarme algunos trucos. —esa voz. Joder, se exactamente de quien es.

—Da igual, a Eda no le gustará. —dice él.

—Venga, Justy, no seas cobarde, ¿Qué? ¿A caso le tienes miedo? —ríe ella. Estúpida, odio que le diga "Justy" ¿Quién se cree que es?

Aunque él no dijo nada.

—Sólo es una niña. —continuó.

—Tal vez, pero no teme a nada.

¿"Tal vez"? ¿Ésta aceptando lo que ella dijo? ¿Que soy una niña?

Vamos Ed, al menos no dijo que eres cobarde.

—Todos le temen a algo, Justy. —oigo que se mueve, entonces me asomo un poco y la veo muy cerca de él— Y yo se cuál es su miedo. —le sonríe coqueta. Entonces él... ¡Mierda, no! ¿Le está mirando los pechos?— Le teme a la competencia. —le dice cerca de su oído.

La mandíbula de Justin se contrae, se que se está resistiendo.

Salí de allí antes de que pueda ver algo que me destruya. Ya no quiero ver ni escuchar nada más que tenga que ver con ellos dos juntos.

Corrí rápidamente y salí de la casa, necesito respirar aire fresco, joder. Por suerte había cogido las llaves del coche, así que me subí a él y intenté arrancar pero antes de que pueda las puertras se abrieron. Candice se subió al asiento del copiloto mientras que Maya y Bianca a los asientos de atrás.

San Pablo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora