Capítulo 24. El despertar.

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Cuando mis ojos se abrieron lo primero que vi fue el techo de una habitación, comencé a parpadear despacio para acostumbrarme a la luz y me saqué la mascarilla que tenía en mi cara.

Joder, ¿Qué fue lo que sucedió? ¿Por qué estoy en una piñetera cama? Y... ¿Qué son todas esas máquinas?

Intenté recordar un poco pero mi cabeza comenzó a doler, llevé una mano a mi cabeza y noté que una aguja la traspasaba, ¿Qué mierda...

Seguí observando el lugar y noté que estaba sola en una extraña habitación. Esta estaba muy iluminada por un balcón y dos ventanas, también hay flores por todas partes, de todos colores y de todas formas. Se ve muy hermosa y acogedora, pero ¿De quién es? ¿Dónde estoy?

Dios, si sigo pensando la cabeza me va a exlotar.

—Justin. —débilmente lo llamé, pero era imposible que me oiga.

—¡Dios mío, Eda! —el chillido de Candice me aturdió, pero cuando la vi entrar por la puerta con sus ojos repletos de lágrimas por alguna razón me conmovió. —Eda... —corrió hacia mi y me abrazó expulsando un gran llanto— Creímos que no despertarias.

Entonces recordé mi boda, recordé que estaba mirando a Justin y luego hubo un disparo y todo se oscureció. Bajé mi mirada y, levantando mi camisón noté la cicatriz. Me habían disparado y he estado en coma desde entonces.

—Lo siento. —mi voz sono quebrada— Se todo lo que habéis sufrido, os oí a todos. —Candice tomó mi mano y la apretó con una triste sonrisa— De verdad lo lamento.

—No es tu culpa, Eda. —besa mi mano.

La puerta volvió a abrirse y Candice se dio vuelta para ver de quién se trataba. Brad y Troy estaban boquiabiertos viéndome.

Yo reí junto con las lágrimas que caían de mis ojos, estos dos se abalanzaron y me abrazaron algo bruscos pero los dejé.

—¡Has despertado! —grita Troy.

—Dios, panda, si que nos has dado un buen susto. —dice Brad mientras ambos se apartan de encima.

—Lo sé. —trato de sonreír.

—Dios, Justin se pondrá muy feliz cuando... —se detiene y mira a Candice con los ojos en blanco.

—¿Qué esperas? Corre a decirle. —le dice ella apuntando a la puerta.

Brad besó mi mejilla y corrió saliendo se la habitación.

—¡Carter! —gritó Candice desde la puerta— ¡Carter, Simon, venid!

Troy no soltaba mi mano mientras esperábamos que los chicos vengan.

Ellos corrieron al instante sin entender qué estaba pasando y en cuanto me vieron se quedaron pasmados y sin aliento. Carter sonrió como nunca y corrió a abrazarme, Simon simplemente se quedó allí parado.

—¿No le dirás nada? —le preguntó Candice viéndolo con los brazos cruzados.

—Que... Me alegro de que hayas despertado. —me sonríe, aunque no me lo creí mucho.

Todos estaban a mi alrededor sonriendo y alegres de que haya despertado cuando oímos que alguien entró de golpe, todos se apartaron y... Allí lo vi.

Mis lágrimas comenzaron a caer al momento sin darme cuenta y él estaba allí, mirándome sorprendido y agitado por correr, eso creo.

—Eda... —murmuró mi nombre lleno de ilusión.

—Hola. —sonrío sollozante.

No tardó un minuto más que caminó hacia mi y me estrechó en sus brazos fuertemente.

San Pablo. (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora