No deberías verme como la mala cuando aun no te he mostrado quien soy...
En la mañana me estaba despidiendo cuando de una camioneta Escalade bajo una chica súper sexy, tomboy.
Usaba una chaqueta de cuero, unos jeans pegado con una camisa blanca, unos lentes negros y tenia tatuajes en los dedos y en una de sus manos.
-Ya esta- dijo el guardia del internado, Jennie me dio un beso en la mejilla.
Me subí al copiloto y la chica me puso el cinturón. Arranco y le subió a la musica, era Amy Winehouse, me gusta mucho ella.
-¿Tu me llevaras con mi dueña? - pregunté bajo, apenada.
Ella rió un poco y paro la camioneta en un semáforo. Se subió los lentes y me sonrió. Sonrisa que aun no me sacó de la cabeza, sonrisa que hizo que me latiera con fuerza el corazón.
-Si, yo te llevaré con ella-6 me dijo sonriendome de lado.
Su mirada me gustaba, me gustaba la manera en la quemaba, la manera en la que intimidaba y me reconfortaba.
-¿Como es ella?- pregunte.
-Dificil, bastante complicada, problemática- admitió con cierto tono ronco y sexy-, ya sabrás.
Asentí y llegamos a una casa, no era una mansión, pero era grande.
Unas chicas se llevaron mi maleta y al entrar la casa estaba sola.
La tomboy entro y cerro la puerta.
-Meredith, tienes el día libre, llevare a la niña a comer y volverla princesa- le dijo a una señora.
-Esta bien, mi Tyty, te veo mañana- al oír ese nombre me palidecí.
La mujer salió y quede sola con mi dueña.
-No pensé que no tuviese porte para parecer tu dueña- admitio sentado se en la mesa mientras mordía una manzana.
Pase saliva.
-Lo siento, señorita, no fue mi intención, de...- ella me había sentado en su regazo y me dio un pedazo de manzana de la que lla comía.
Lo mastique y ella sonrió.
-Lo de señorita reservatelo, odio que me digan asi- su aroma era de perfume, muy embriagante-, me llamo Tya, Tya Aubriot, mucho gusto.
-Lo siento, Tyana- ella sonrió y acarició mis labios.
-No me pidas disculpas y dime Tya o Ty, solo mi papá me dice Tyana- me dijo y me bajo de su regazo.
Tomo algo y lo metió en la cinturilla de sus pantalones. Luego de verla caminar, vi que era una pistola.
Pasé saliva y ella me subió a la camioneta.
Subió, metió la pistola bajo su muslo y al ver mi mirada me guiñó el ojo.
Caminábamos en el centro comercial, admito que tenía un gusto exquisito para la ropa.
-¿Sabes? Cuando yo digo, te comprare todo lo que quieras, es todo lo que quieras, en las cantidades que lo quieras- me dijo ella riendo, al ver que no quería hacer que me comprara ropa-, sino tendré que comprarte ropa bajo mi gusto y va a ser peor.
Entramos a una tienda y la gente la miraba, pero ella ni les prestaba atención. Tya solo por ser ella llamaba la atención.
-Mira estos jeans- me dijo, eran altos, claros y rotos, bastante lindos-, con esto - me mostró un body, de tirantes, color negro.