Rosie me invito a desayunar en su casa y yo fui.
Al verme supo que algo había pasado.
-¿Y los chicos? -pregunté y ella negó.
-Estarán de viaje toda la semana, hay asuntos que atender- me explico y yo asentí-, ¿que pasó, Lilly?
-Estoy embarazada- susurré y ella me miró asombrada-, se lo dije ayer a Tyana y se fue- me limpie una lagrima.
Rosie comenzó a chillar feliz y me abrazo fuerte.
-¡Felicidades futura mamá! -sonreí un poco -, todo mejorara, linda, ya verás, pero debes calmarte y comer, ese bebé debe estar bien.
Comimos y ella me sonrio.
-¿Sabes?, Tyana no es tan dura- me dijo -, tiene miedo, Lilly, pero hay una manera de hacerla volver- menciono-, búscate una cita con un obstetra e invitala.
Asentí dándole la razón, era una buena idea.
Tya Aubriot
Caminaba por las calles de Riga, Letonia, cuando mi teléfono sonó.
-¿Donde andas, peque? -la voz de Lorian llenó el audicular.
-No estoy en Francia, ¿paso algo? -dije preocupada.
-No, muñeca, pero no te he visto por aquí y me extraña- suspiré-, no sé que pasa, Ty, sé que no eres tan cercana a mi, pero puedes contar conmigo, dime al menos si es grave.
-Estaré bien, bro- le dije-, no es grave, pero es una situación complicada para mi- susurre-, estoy muy asustada, Lorian, no se que hacer.
Lorian suspiro y soltó una risita.
-¿Cuanto tiempo tiene? -me preguntó y yo frunci el ceño.
-¿Como sabes que es eso? ¿Ya lo saben todos? -pregunté al instante .
El rio un poco.
-No, solo fue al azar, pero te conozco algo, hermanita- presumió-, todo estará bien, mi niña, vas a ser una buena madre, tú podrás con esto, sé que tienes miedo, yo también lo tuve, Ty, aunque no me creas.
Suspiré.
-¿Y como hiciste para no sentirlo más? -él chasqueo la lengua.
-Es un miedo lindo, siempre lo vas a tener, porque siempre querrás ser la mejor, querrás que tu bebé sea el mejor o la mejor- me comento con cariño-, no dejes sola a Lilly en esto, Ty, ella es una niña y es primeriza, tú sabes que es ese miedo.
Asentí pensativa, era verdad.
-Quizás no era el momento, pero ya, se dio así, preciosa, tienes que apoyarla en esto y vivir esto, el tiempo pasa volando Tyana, más rápido de lo que crees, aprovecha a tu esposa y a tu criatura- asentí quitándome las lágrimas de los ojos.
-Lo haré hermano- dije dándole la razón totalmente.
Tenía tiempo antes de irme al aeropuerto, caminaba por un centro comercial y vi una tienda de bebés.
Entre y vi infinidad de cosas lindas, sonreí de lado y tome unos biberones pequeños entre mis manos, eran blancos y tenían dibujos.
-¿Busca algo en particular? -negue con una sonrisa de lado.
-Me enteré hace unos cuatro días que voy a tener un hijo o una hija y se me antojo llevarle algo- dije riendo.
-Bueno, esos biberones sonnuna buena opción- asentí.