37. Razones para estar feliz

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Rosie me invito a desayunar en su casa y yo fui.

Al verme supo que algo había pasado.

-¿Y los chicos? -pregunté y ella negó.

-Estarán de viaje toda la semana, hay asuntos que atender- me explico y yo asentí-, ¿que pasó, Lilly?

-Estoy embarazada- susurré y ella me miró asombrada-, se lo dije ayer a Tyana y se fue- me limpie una lagrima.

Rosie comenzó a chillar feliz y me abrazo fuerte.

-¡Felicidades futura mamá! -sonreí un poco -, todo mejorara, linda, ya verás, pero debes calmarte y comer, ese bebé debe estar bien.

Comimos y ella me sonrio.

-¿Sabes?, Tyana no es tan dura- me dijo -, tiene miedo, Lilly, pero hay una manera de hacerla volver- menciono-, búscate una cita con un obstetra e invitala.

Asentí dándole la razón, era una buena idea.

Tya Aubriot

Caminaba por las calles de Riga, Letonia, cuando mi teléfono sonó.

-¿Donde andas, peque? -la voz de Lorian llenó el audicular.

-No estoy en Francia, ¿paso algo? -dije preocupada.

-No, muñeca, pero no te he visto por aquí y me extraña- suspiré-, no sé que pasa, Ty, sé que no eres tan cercana a mi, pero puedes contar conmigo, dime al menos si es grave.

-Estaré bien, bro- le dije-, no es grave, pero es una situación complicada para mi- susurre-, estoy muy asustada, Lorian, no se que hacer.

Lorian suspiro y soltó una risita.

-¿Cuanto tiempo tiene? -me preguntó y yo frunci el ceño.

-¿Como sabes que es eso? ¿Ya lo saben todos? -pregunté al instante .

El rio un poco.

-No, solo fue al azar, pero te conozco algo, hermanita- presumió-, todo estará bien, mi niña, vas a ser una buena madre, tú podrás con esto, sé que tienes miedo, yo también lo tuve, Ty, aunque no me creas.

Suspiré.

-¿Y como hiciste para no sentirlo más? -él chasqueo la lengua.

-Es un miedo lindo, siempre lo vas a tener, porque siempre querrás ser la mejor, querrás que tu bebé sea el mejor o la mejor- me comento con cariño-, no dejes sola a Lilly en esto, Ty, ella es una niña y es primeriza, tú sabes que es ese miedo.

Asentí pensativa, era verdad.

-Quizás no era el momento, pero ya, se dio así, preciosa, tienes que apoyarla en esto y vivir esto, el tiempo pasa volando Tyana, más rápido de lo que crees, aprovecha a tu esposa y a tu criatura- asentí quitándome las lágrimas de los ojos.

-Lo haré hermano- dije dándole la razón totalmente.

Tenía tiempo antes de irme al aeropuerto, caminaba por un centro comercial y vi una tienda de bebés.

Entre y vi infinidad de cosas lindas, sonreí de lado y tome unos biberones pequeños entre mis manos, eran blancos y tenían dibujos.

-¿Busca algo en particular? -negue con una sonrisa de lado.

-Me enteré hace unos cuatro días que voy a tener un hijo o una hija y se me antojo llevarle algo- dije riendo.

-Bueno, esos biberones sonnuna buena opción- asentí.

YoursDonde viven las historias. Descúbrelo ahora