Un año, pasó un año, ya tenía veintiuno, Lillian le quedaba un año para graduarse y pues todo iba bien, pero no tanto como yo quería.
Llegué al departamento en la mañana, Lillian no sabía que iría, saqué la llave de mi bolsillo y abrí la puerta.
Mire todo y vi un desastre literal, Caterina no estaba, cosa que me extrañó.
Me acerque al cuarto y vi la cama revuelta, frunci el ceño, no entendía nada que estaba pasando, Lilly era desordenada, pero no a ese nivel.
Llame a Lillian y al segundo tono me contestó.
-Amor, ¿donde estas? -pregunté.
-Mi amor, estoy en la universidad, salgo a las doce ¿y tú? ¿Como estás?
Hable un rato con ella y colgué. Le marque a Caterina y me dijo que ya venía .
Abrí todas las ventanas, había un olor extraño en el departamento.
Entre al baño y revisé todo ahí.
-¡Tya, llegué! -salí y vi a Cate mirando todo con el ceñi fruncido-, ¿qué huracán pasó por aquí?
-¿Por qué no estabas aquí? -pregunté.
-Lillian me dijo que me dejarías la semana libre - negué.
-Te hubiese avisado, Cathy- dije extrañada-, vamos a limpiar esto.
Nos metimos de lleno en el cuarto y yo entre al baño del cuarto.
Limpie todo y seguía sintiendo que algo no me cuadraba.
Abrí la ducha y vi una navaja ahi, lo que no me pasaba por la cabeza era que tenía restos de sangre.
Pase saliva y los ojos se me llenaron de sangre, «¿De que me estoy perdiendo, mi niña?» pensé vuelta loca.
-Tyana, ven acá- sali del baño y me lanzó un cooler al destaparlo y olerlo.
Al olerlo me di cuenta que era alcohol, me eche un poco en la mano y sabía a vodka, pero tenia un sabor un toque distinto, estaba casi que segura que estaba ligado con alguna droga.
Revise una de las mesas y vi un cenicero lleno de colillas de cigarro.
No, esto no esta bien, pense.
Revise la despensa alta y vi aue habían tres botellas, un vodka, un tequila y un ron.
Di un puño a la pared y tome todo lo que conseguí.
Par horas después ya estaba todo recogido y habia conseguido un par de anfetaminas y un porro de marihuana.
Había roto a llorar un rato antes, no me parecía posible.
Al llegar Lillian, entro como si nada pero al verme ahi sentada, se paralizó y comenzo a temblar.
-No quiero excusas, ni mentiras, ni una más Lillian, empieza a hablar- dije con seriedad.
Lillian parecía que iba a desmayarse en cualquier momento.
-Ty, yo... -maldijo y partió a llorar- ¡Lo siento, Ty, lo siento mucho! -lloró encogiendose en el piso.
Me acerqué hasta ella y le alce el rostro.
-¿Por qué? -pregunté.
Lillian negó.
-No puedo decirte- susurró y yo negué y me levanté.
Vacie las botellas en el lavaplatos y pise el porro y las anfetaminas.
-Hasta aquí llega mi paciencia, Lillian, hasta aquí -dije.
-¿Como yo si te comprendí cuando estabas de lleno? -me preguntó y yo reí con lagrimas en los ojos.
-¡Yo nunca te lo oculte, nunca! -grite-, ¡tú no sabes una mierda de lo que es lidiar con una adicción! ¡teniendome de ejemplo fuiste capaz de caer en un vicio tan cochino!
-¡No hables Tyana!
-¡Si lo haré! -dije tomándole el rostro con fuerza- ¡yo no voy a mantener una drogadicta! ¡Mis vicios siempre me los mantuve sola, por eso siempre he trabajado, ni voy a aceptar que lo hagas! -dije furiosa.
-¿Y yo si te soporte? -me preguntó molesta.
-Oyeme bien, no voy a permitirlo, lo que me digas, me va a saber a mierda, no voy mantener a una drogadicta ni a darle más lujos, mucho menos voy a permitir que las drogas vuelvan a hacerle daño a lo que queda de nuestra relación- dije entre dientes llena de rabia-, se acabó tu aventura en Italia, te regresaras conmigo.
Lillian me miro con los ojos llenos de lágrimas.
-Ty, por favor- me miro y yo negué.
-No, nada de Ty, fuiste demasiado lejos, demasiado- dije decepcionada-, de las personas que conozco, nunca pensé que tú llegarías a esto, Lillian.
Lillian Neff
-No se que pensar de esto- dijo limpiándose una lágrima.
-Ty, por favor, mírame- negó.
-¿Donde te cortas? ¿Como no me había dado cuenta? - dijo y me subí el pantalon, en el tobillo y ella al verlas suspiro y se revolvió el cabello.
Caterina salió con mi maleta.
-Cathy, iras con los gorilas y subirán al avión, no la pierdas de vista por nada del mundo- dijo-, nos vemos en la mañana- tomó su bolso y salió de ahí.
Llegamos a media tarde y nos fuimos a la casa.
Al llegar Cathy decidió hacerme almuezo, me senté en la barra y ella me dio un té.
-Sabes que puedes hablar conmigo y para que hayas hecho todo lo que vi, debe haber una razón de peso- dijo sentandose frente a mi.
-¿Me juras que quedará entre tu y yo?- asintió seria-, ¿recuerdas el día que dije que me quedaría en casa de una compañera de la universidad?- ella hizo un sonido con la garganta moviendo un poco la carne-, ese día fui a una fiesta, bebi, cosa que ya era habitual, cada vez que iba a su casa era a beber, ese dia me ofrecieron un trago y yo acepté, tenia algo de droga, Cathy- Ella me miro preocupada.
Tya Aubriot
En la mañana llegue la casa y al entrar a mi cuarto la vi enrollada entre la cobija durmiendo.
Me bañe y cuando me estaba vistiendo la vi removiendose.
Apretaba los ojos y balbuceaba cosas de manera desesperada.
Soltó un grito y abrió los ojos, al verme ahí dio un brinco