Y aquí desaté todo, te dije que te quería para bien, como te quiero para bien debo mostrarte quien realmente soy...
La voz de Tya temblaba como si fuera a morir contandomelo.
—Tienes que abrirte muchísimo, Lillian y no juzgarla.
Negué repetidamente.
—Jamás la juzgaría, ni ahora ni nunca— dije firme y con seriedad.
—¿Que edad tienes?— me preguntó.
—Dieciséis— respondí y ella asintió.
Tya la miro y Marla asintió, Tya soltó una lágrima, me partió el corazón.
—Yo estudie la secundaria en una colegio militar, al ser muy rebelde, no por ser gay, mi papas nunca me juzgaron ni nadie, pero si era demasiado rebelde— susurró mirando el techo —, yo sabia que lo mío eran las mujeres, siempre lo supe, pero no sé, hubo una excepción, tenia catorce años, me faltaba mas de un año para acabar la secundaria, cuando un día conocí un chico de unos veinte mas o menos, no se como me llamo la atención— abrí mis ojos grandes, iba decir algo y Marla puso su índice en sus labios.
Tya apretó los ojos con fuerza, mucha fuerza.
—Yo crecí en un hogar donde tus gustos sexuales no importaban, donde solamente importas tú como persona, no me importo, yo lo conocí en una escapada del internado a unas clandestinas, aquí en Londres— suspiro y se mordió el labio—, paso el tiempo y me escapaba cada vez mas del internado solo para verlo. Un día las cosas cambiaron, mi papá me dijo que yo no saliera ya que estaban amenazando a mi familia, no me importó debido a que iba solo a estar con Charles, pensando como una niña, me escapé y me secuestraron...— Tya se tapó el rostro con las manos y los escuche soltar un sollozo.
—Vas bien, Tya, no te eches para atrás— le animó Marla.
Tya se limpio las lágrimas y soltó otra sollozo. No sabia que sentir, esos sollozos los sentía como si fueran míos, como si ese dolor lo tuviera yo.
—Él era parte de los-los secuestradores — susurró—, yo reaccioné y él estaba ahí, con todos ellos. Eran sus “amigos”, pero ellos no eran sus amigos, eran sus primos y todos eran parte ese clan que nos quería dañar — susurró llorando—, me golpearon demasiado, demasiado, todo me dolia.
Solté una lágrima y respiré hondo.
—Vi que tenían a mi mama, a Vivi, amarrada, desnuda, él la violó enfrente de mi— sollozo Tya—, yo me sentia tan impotente y culpable, si yo no hubiese salido, no hubiera pasado-o eso— dijo con rabia—, yo les dije que no tocaran a mi mama, que no le hicieran daño, mis hermanos aun la necesitaban y Cintya estaba súper bebé, no querían, comencé a insultarlos y logre que se lanzaran contra mi, me hicieron vomitar mas de tres veces haciéndoles orales, cuando pensé que me dejarían en paz, fue que empezó verdaderamente el tormento, me violaron, entre los cuatro, perdí la cuenta de cuantas veces fueron después de la tercera, me dolía demasiado, pero él se lo disfruto, disfrutó viéndome suplicarle, llorarle, dejaron a mi mamá y pidieron rescate, pero me llevaron a mi con ellos.
Dios mío, pensaba llorando. No me cabía en la mente cuanta maldad le hicieron a una niña que no tenía la culpa de nada.
—Yo en ese momento no, no sabía ni entendía bien que me estaba pensando, pero vomitaba mucho y me mareaba, había pasado mas de un mes con ellos ya— susurró Tya—, me desgarraron muchísimo la vagina, me dolía de sobremanera cada violación, no se como, pasaron los días, encontré la manera de matarlos, a los cuatro, no sabia ni donde carajos estaba.
Tya paro y tomo algo de agua que le dio Marla.
—Estaba en suiza, corrí muchísimo, hasta que me encontró una mujer adulta, me llevó a la embajada, en la embajada no me creyeron, me mandaron a Francia de regreso— susurró.