Y te prometo y juro que nunca te volverán a hacer daño, mi muñeca...
Partí a llorar y Tya me abrazo.
-Habla, por favor, cuéntame que pasa, mi niña-suplico.
-Ty, abusaron de mi en un fiesta- solloce en su cuello, Tyana me apretó con fuerza.
Lloraba y lloraba sin parar, no me resignaba a que eso me habia sucedido.
-¿Por qué no me dijiste? -susurró.
-No sabía como ibas a reaccionar, tenía miedo- admití a punto de llorar.
Ella me apretó contra ella y me daba besos por todo el rostro.
-No quiero pensar, Ty, ayudame por favor- susurré y ella me limpió las lágrimas.
-Mira, hagamos algo, quiero que te calmes- me pidió y yo asentí -, te voy a enseñar mi método favorito para no pensar cuando no consumía- dijo y me levantó.
Me vestí deportiva como me dijo y me esperaba en la puerta.
-¿A donde vamos? - me lanzó las llaves de su auto y me nalgueo.
Subí y arranque.
-Conduce, hay que salir de aquí.
Luego una hora llegamos a un sitio donde solo habian árboles y arboles.
-Baja- me dijo abriendome la puerta.
Se oia el cantar de los pájaros.
-¿Donde estamos? -ella me sonrió y me dio un beso.
-Vamos a trotar un poco, mi chiquita- asentí y Tyana trotaba conmigo, los arboles y los oajaros me calmaban.
Me sentia bien, a pesar de que estabamos en silencio.
-¿Trotas mucho? - pregunté y ella asintió.
-Mi mamá Vivian trota todas las mañanas y tome esa costumbre- asentí y ella sonrió-, aunque no lo creas, yo puedo ser más que simplemente tu pareja, Lilly.
Tya Aubriot
-Puedo ser tu amiga, puedo ser confidente, tu mano derecha, tu amante cuando así lo quieras- mencioné trotando y ella me miro con cariño.
-¿Te puedo preguntar algo? - asentí -, ¿como tuviste sexo otra vez después de lo que te pasó?
-Me costó un poco, más que todo durante el acto en si- comenté y ella asintió -, se me venían cosas a la cabeza y bueno, pero con el tiempo lo supere, ¿te puedo preguntar yo a ti?
Ella sonrió y asintió.
-¿Cuando pasó y como? -pregunté con seriedad.
-Me fui a casa de mi compañera y de ahí a una fiesta, me dieron un trago con droga y lo último que recuerdo es cuando lo tenia sobre mi- admitió-, fue hace un mes, Ty, no se como terminé dejándome ni como llegue a ese cuarto de motel, me dolía el cuerpo y tenía muchos moretones.
Suspiré y asentí.
-¿Crees que necesites ayuda de algún especialista? -pregunté y ella asintió.
-Había pensando en hablar con Sebastien- me comentó y yo asentí.
-Me parece una muy buena decisión, mi pequeña- dije-, te advierto, hacer terapia con Sebastien es pesado pero muy, muy bueno- admití.
-¿Pesado por qué? -preguntó extrañada.
-Sebastien te saca todo, no te deja nada por dentro, te exprime la mente, te hace gritar, llorar, patalear pero te ayuda- admití.