Tú siempre serás mi princesa y lo más preciado, por ello siempre te tendré en lo más alto del pedestal de mi vida...
El día de su graduación llego, unos días antes de su cumpleaños.
-Tyana, tengo nervios- dijo mientras la arreglaban y yo reí.
-Vas a estar bien, mi niña-le di un beso en la frente-, te alcanzo allá ¿si? -dije y ella asintió.
Fui a buscar su vestido y me acerque al almacén a explicarle a los chicos lo que harían en lo que quedaba de semana.
La graduación era al final de la tarde, a las cinco, eran las cuatro aun.
Busque su regalo de graduación, eran unos tacones plateados llenos de pedrería, tipo de aguja que eran de unos ocho centímetros, que después le iba a dar a John junto a su vestido.
Le pegué una notita y tomé un lapiz.
"Sé que eran tu sueño y que querías comprarlos con tu dinero, pero hoy tu día y tienes que lucir como toda una princesa.
Te amo"
Al ver que iban a ser las cuatro y media subí al auto y me fui rapido a la casa.
Me duche en tiempo récord y maldije al verme el cabello demasiado largo.
Tome la máquina de afeitar y me la pase por los lados y un poco detrás, asentí y me comencé a vestir.
Me coloque la camisa negra de vestir y la remangue a los codos y un pantalón del mismo color, mis botas negras.
Cuando ya estaba casi lista me entro una llamada.
-Tyana, ni se te ocurra irte en la camioneta- frunci el ceño-, hay un trafico terrible, yo te dejo la camioneta alla.
Asentí ante lo que me decía John y tomé las llaves de la moto y mis lentes.
Subí y la hice ronronear un par de veces.
Lillian Neff
Ya estábamos todos los graduados y miraba hacia atrás buscando ver a Tyana, estaban los padres de Ty y Sebastien pero ella no.
La graduación era al aire libre en el parque de la universidad.
Mi vestido era color rosa pálido, con escote delante
y unos encajes unos tonos más oscuros que el vestido en la parte del busto, caía libre hasta mis tobillos donde se revelaban mis zapatos.