Tya Aubriot
Fui a la peluquería con ella, me cortaron el cabello a los lados y atrás, parar dejarme la parte de arriba larga como como me gustaba.
Me lo pintaron para retocarme el negro, porque mi verdadero color de cabello no era de ese tono y ya estaba lista.
—¿Y tu, muñeca?— pregunté sonriendole y ella se encogió de hombros —¿que te quieres hacer?
Le cortaron las puntas y le hicieron un fleco que la hacía ver mas tierna.
Le alisaron el cabello y mientras esperaba jugando con mi teléfono. Comenzó a sonar y vi que era Sebastien.
Salí de la peluquería sin perder de vista a Lilly, conteste y su voz se oyó a través del audicular.
—Ty, Marla te espera a medio dia— bufé.
—No voy a ir, Sebastien, ya le dije a papá que…
—Me sabe a mierda Tyana, me sabe a mierda— me calle tragándome los insultos —, vas a ir, te toca ir, necesitas ir.
—¿En serio?— él rió.
—No te estoy dando opciones, Tyana, te lo estoy exigiendo.
Voltee los ojos ante las exigencias de Sebastien.
—¿Y quien te crees tu ahora?— él volvió a reír. Sebastien ganaría, siempre lo hacia.
—Yo no me creo, belleza, yo soy, soy tu hermano mayor, fui tu tutor legal hasta hace seis meses, tengo permiso para internarte cuando se me pegue la gana, además de un título en psicología que me da credibilidad— me dijo con cinismo.
Maldito hijo de puta, pensé.
— Esta bien, iré — dije resignada.
—Y llevate a Lilly. No se si te va a moler la terapia, no puedes ir sola— me recordó antes de colgar sin darme tiempo de responderle con una negativa.
Tuve el impulso de estrellar mi teléfono.
—¡Maldito, maldito!— gruñí furiosa.
Me fume un cigarrillo con la cabeza entre las manos. Sebastien podía ser un maldito, pero sabía que tenía la razón y eso me encabronaba conmigo misma.
—¡Ty, estoy lista!— su voz tierna me hizo sonreír, cambie de mano el cigarrillo y voltee a verla.
Se veía preciosa. Es más, creo que esa palabra le quedaba corta.
Me sentía relajada nada más viéndola, esa sensación de estar high*, así, más cuando me sonreía.
Lillian Neff
—¿En donde estamos?— Ty paso saliva y suspiró.
Estábamos afuera de lo que parecía una clínica.
Ella apago el auto y se giro a mirarme.
—Tengo cita con la psiquiatra— dijo pasando saliva, parecía asustada—, no puedo venir sola, no se si me de un ataque de pánico y tengan que medicarme o alguna otra cosa y salga… Salga incapacitada para irme sola.
Asentí y ella se revolvió el cabello. Bajo y abrió la puerta, todo era blanco con azul, puedo jurar que Tya casi temblaba.
Nos sentamos en la sala de espera y ella movía sus piernas con ansiedad y nerviosismo.
En un impulso le tome la mano y la bese.
—Todo estará bien, Ty— susurré abrazándola y ella suspiró en mi cuello.
Una doctora salió y nos sonrió. Tya la miro inexpresiva. Parecía que miraba a su peor enemigo o algo así.
—Hola, Tyana — le dijo y al oír su voz, reconocí que era la misma del vídeo.
—Hola, Marla— dijo levantándose.
Marla posó sus ojos en mi y detuvo a Tya.
—¿Quién es ella?— le preguntó— ¿es suya?
Tya asintió y Marla sonrió.
—Ven tu también — Tya abrió sus ojos grandes y nos pasaron al consultorio.
Era grande, habían muchos estantes, varios muebles que formaban un círculo sin terminar de unirse.
Tya se tiró en un mueble y puso un cojín tras su cabezas.
—¿Como te llamas, linda?— me preguntó.
—Lillian, es un gusto conocerla— digo dándole la la mano y me senté en un mueble al lado al de Tya.
—¿Hace cuanto la compraste Tya?— le pregunto.
Ella suspiró y la miró.
—Tres meses — le respondió.
—¿Sabe ella por qué estas aquí? — negué pero Tya asintió.
—Sé que sabe, no soy idiota Lilly — respondió con ojos cerrados —, sabe a medias.
—¿La quieres Tyana?— le preguntó Marla y ella asintió sin dudarlo ni pensarlo.
—Si lo preguntas por si la voy a usar, no es así, planeo cambiar y lo sabes— le respondió mirándola seria.
Pase saliva.
—¿Estas dispuesta a que ella sepa todo tal cual y como pasó? — le preguntó y Tya asintió.
—Me da miedo contárselo — confesó con voz temblorosa—, pero es bueno que lo haga ¿verdad?
Marla asintió y Tya paso saliva con todo el cuerpo temblando.
Se viene lo fireeeeeeeee, recuerden que mi propósito con Sebastien fue hacerlo amado y odiado, él mismo sera con Tyana, nenas y con todos sus hermanos.