Quiero que te alejes para no dañarte cuando intentes arreglarme...
La abracé más fuerte y Tya suspiró.
-Dame todo- me pidió al oído-, dámelo todo.
-Yo te pertenezco Tya- susurre-, yo soy toda y únicamente tuya.
-Mía, mía no- susurró y negó -, soy tu dueña, pero no eres toda mía, aún falta, falta que me ames, falta que me entregues tu cuerpo, falta que me pertenezcas frente a la ley. Falta, mi niña, falta y mucho.
Tya había dormido demasiado, a media tarde fuimos a ver a sus papás los cuales estaban destrozados y eran mas de las ocho y no se había levantado, no había almorzado.
Me acerqué a su cuarto, nunca había entrado, toque, no hablaba, decidí entrar.
Tya estaba acostada, en el balcón del cuarto había lo que parecía un cigarrillo, pero a verlo bien, vi que era un tabaco de marihuana.
Suspire preocupada, estaba casi terminado.
La mire y la destapé, estaba tapada hasta la cabeza. Me di cuenta que estaba desnuda, o bueno, solo con un bóxer negro.
Me di cuenta que tenia una par de tatuajes en el abdomen, otro en el hombro, que tenia un abdomen súper sexy.
-Ty, Tya, linda, despierta- ella gruño y se removió, voteandose y dándome una vista de su respingón culo y de los tatuajes en su espalda.
-No me toques- gruñía-, por favor, no, no ¡que no!- gritó y maldijo asustada al verme frente a ella-, ¿que haces ahí?
-Venía a despertarte, Ty- susurré y ella asintió, se levantó y se estiró.
Se revolvió el cabello, me di cuenta que sus senos, eran inexistentes, como los de un chico.
-¿Tengo algo que sea digno de mirar?- pregunto brusca, negué y aparte la mirada.
-¿Fumas marihuana?- pregunté y ella volteó a verme.
-No te metas en lo que no te incumbe- me gruñó.
Me sentí mal, ella entro al baño y encendió la ducha.
Decidí irme a la sala ver una película.
Comencé a ver una de Rápidos y Furiosos cuando ella bajó las escaleras.
-Voy a salir- me dijo y tomo su billetera y su pistola-, no me esperes despierta.
Tya Aubriot
Eran mas de la una de la mañana y yo aun estaba de lleno seleccionando droga.
Mis hermanos Marciel y Lorian estaban de lleno con lo de Cintya igual que papá, así que a mis otros hermanos y yo teníamos que encargarnos de todo.
Había perdido la cuenta de cuantos cigarrillos me había fumado.
Termine y me senté y tome mi cabeza entre mis manos, entro una chica muy conocida, alta, morena, ojos pardos, cabello rizado.
Se sentó en mis piernas y beso mi cuello un par de veces.
-Ando de humor para que me hagas un oral, de rodillas- dije y me baje el pantalon.
Perdí la cuenta después de los veinte azotes, ella chillaba bajo mi cuerpo, pero solo la penetraba con el consolador una y otra vez, con fuerza, con mi misma fuerza entraba en mi cuerpo, dándome ese dolor maldito que me excitaba, le jalaba el cabello con fuerza y Estefania lloraba.
-¡Basta, Tya!- me dijo y solamente cuando acabe la solté.
-¿No querías que te cogiera?- pregunté y ella se vistió y salió molesta de ahí.
Me subí el pantalon y me fui de ahí.
Llegue al pent house antes de lo esperado. Vi a Lilly dormida en el mueble.
La cargue y me sonrió. Cuando me olió su semblante cambió.
-Hueles a mujer- me dijo en voz baja pero molesta, cuando la coloque en su cama.
-¿Y pasa algo?- pregunté y ella negó sin mirame -, respondeme mirandome a ma cara.
-¡Si, me molesta que huelas a mujer!- me dijo molesta y me mira a con el ceño fruncido.
-Baja la voz, a mi no me grites- le advertí- ¿y que pasa con eso Lillian? Yo no te debo explicaciones.
Pude ver su mirada cristalizada, pero aparto las lágrimas en un parpadeo.
-Nada, Tya, no hay problema- dijo y se acomodo.
Me arrepentí, no lo negaré. Y mucho.
-No entiendo porque te molesta, si tu misma dijiste que no encajábamos -le dije revolviendome el cabello.
-Porque yo quisiera encajar contigo, Tya, quisiera y muchísimo, pero tú huyes de mí cada vez que me acerco- susurró frustrada- y me molesta que por más que lo intente, no pueda, tengo un mes contigo, en el cual solo hemos cruzado frases básicas.
Me senté y tome mi cabeza entre mis manos.
-Me duele que ese perfume al que llegas en oliendo en las noches nunca es el mío ¿sabes?- susurro y se limpio una lágrima.
Mierda, no había lágrima que me hubiese dolido en tanto tiempo como esa que corrió por su mejilla.
Me acosté a su lado y la abracé, ella se tenso un poco.
-No seas arisca- pedí en un susurro-, abrazame, Lillian, yo necesito mucho de ti, mierda necesito de alguien que me quiera y me ayude, solo que, joder, maldita sea, me cuesta tanto- susurro frustrada.
Ella se subió sobre mi y me abrazó fuerte.
-¿Que te cuesta, Ty? ¿Pedir que te ayude? ¿Que te de algo de cariño? - asentí.
Era mi problema, no sabia pedir amor, pero tampoco dejaba que me lo diesen.
-Ayudame a ser diferente, ayudame- pedí casi sin voz -, necesito de ese calor que se que tu me puedes dar.
Lilly asintió abrazandome.
-¿Tu, tu, o sea, hiciste eso con alguna mujer?- fruncí el ceño.
-No se si con "eso" te refieres a su tuve sexo o no - ella asintió sonrojada-, si Lilly, tuve sexo con ella.
Ella parecía estar pensando en algo, me daba curiosidad.
-¿Que piensas?- pregunté y le acaricié la nariz.
-¿Cuando tendremos sexo?- me preguntó bajísimo, alce su rostro y acaricié su barbilla.
-No lo se, mi niña, pasara cuando tenga que pasar, aunque me gustaría bastante planearlo, para que pase como a ti mejor te parezca y no pase como deba pasar- ella asintió.
-¿Me va a doler? - preguntó y yo me encogí de hombros.
-Al principio duele, yo ayudare a que no sufras tanto- le explique haciendo una mueca la cual le causo gracia, ya que rió -, quizás las primeras tres veces sientas fastidio, pero después no te dolerá, te gustara y serás feliz, supongo - dije lo último riendo un poco.
Ella rió también.
-¿A que edad fue tu primera vez?- me preguntó en voz baja y yo me reí.
Si ella supiera