saracris10menciona un usuario ¡Feliz cumpleaños, mi niña bella! Que te un cumple muy lindo y disfruta tu maraton ❤️
Y sigo amándote y malcriandote...
Tya Aubriot
Mi teléfono sonó y vi que era una de los chicos que me trabajaba.
—Di ordenes estrictas de todo lo que había que hacer, es sábado por la mañana.— dije furiosa.
—Jefa, pero Dias no quiere pagar.
—Ese es problema de ustedes, para algo se les paga —dije y colgué.
Lilly me miraba preocupada.
—¿Pasó algo? —negue y le bese la frente.
—Nada, amor— susurré abrazándola.
—Que rico amanecer así —dijo abrazada a mi.
Asentí con los ojos cerrados.
—Sabes quiero comer comida mexicana— dijo riendo un poco—, después me quiero comer un helado de chocolate con arequipe— mencionó lamiendose los labios.
Sonreí, era un antojo lo que tenia.
—Es un antojo—dije riendo y ella sonrio.
—¿Me llevaras a comer? —asentí dándole un beso.
—Más tarde, nena, son las ocho, me dormí hace tres horas, en la nevera esta tu ensalada de frutas y en el horno tus crepes con chocolate —dije y ella asintió.
La sentí bajar y volver a subir, se sento a comer.
—No entiendo como no vomitas —dije riendo—, solo quieres dormir y tener sexo.
Realmente el embarazo lo único que le había traído era que la ponía a dormir de más y que quería tener sexo todo el tiempo.
—Siento el sexo aun más rico, no es mi culpa —reí.
—Ojalá y seas así todo el embarazo—dije bostezando y puse mi cabeza en su pecho.
Acaricie su cadera y ella se recostó.
—Quiero ir a New York —me dijo.
Frunci el ceño.
—Siempre has dicho que Estados Unidos es es un país que no tiene nada que ver con tus gustos— mencioné y ella asintió.
—Pero New York es como la capital de la moda allá— me explico—, tengo que hacerlo ahora, después de que nazca nuestro bebé voy a dedicarme a él o ella— susurró.
—Eso es un tema que queria hablar contigo— dije seria—, nada de salir sola, Lillian, ya no, nada de andar preocupada ni estresada por trabajo, nada de estar manejando tú, nada de hacer esfuerzos o peso— le advertí.
—Bueno, las condiciones van de lado y lado— dijo—, nada de estar llegando después de las siete, cero alcohol, drogas y locura, nada de estar viviendo trasnochos, nada de andar en peleas o en carreras clandestinas— sonreí y asentí.
—Sabes que lo voy a hacer— dije y ella asintió.
—¿Que haremos después que nazca? —preguntó y pude jurar que me vi en esa cara de susto.
—Criarlo— dije en un susurro —, yo prometí que no te dejaría sola nunca, Lillian y así va a ser, esta responsabilidad va a correr de lado y lado, te lo juro.
Asintió y yo bese su mano.
—¿Y si no puedo? —pregunto y la abrace.
Mire su rostro y con mi nariz acaricie la suya.
—Cuando creas que no vas a poder, yo estaré aquí para ti, para recordarte que si podrás— susurré—, no va a ser fácil, preciosa, pero no va a ser imposible— ella asintió—, mientras yo esté, no debes tener miedo.
Andaba en el supermercado comprándole su helado y el Arequipe y la tenía a mi lado tomando su té de limón.
—¿Y en la noche que vamos a hacer? —negué sin tener planes de nada—, podemos ver películas en la sala como hacíamos cuando empezamos a salir.
Sonreí de lado.
—Siempre terminaban contigo desnuda y dormida luego de tener sexo en la alfombra y llevandote al cuarto en brazos, como cosa extraña en mi—dije bajo aun sonriendo y ella se sonrojó
—Todavía recuerdo la primera vez que pasó eso— admitió riendo— y yo pensaba, “No quiero en la alfombra, no quiero ahi, no puedo ahí” —recordó divertida.
Rode los ojos divertida.
—Cuando pasó en el mirador no pensabas lo mismo— dije y ella se sonrojo y me dio un puño en el brazo.
—¡Tyana! —chilló cubriéndose la cara con las manos y yo reí.