Capítulo V

3.6K 352 16
                                    

Minerva llegó a casa enardecida a causa de la discusión que habían mantenido. Al entrar en casa había deseado con fuerza olvidar todo lo que le había dicho aquel insufrible señorito, pero le fue imposible olvidar las palabras, pero sobretodo, el desprecio con el que las pronunciaba.

Cuando Royse vio que Minerva llegaba y cerraba la puerta de un golpe, se sobresaltó por su actitud y enseguida tomó asiento a su lado, y sin necesidad de decir nada, esperó pacientemente a que Minerva confesara lo que le preocupaba. En aquella ocasión, no fue necesario esperar demasiado para que Minerva dijera todo lo que se había quedado en su interior. 

—Royse, no sé por quien tomas a Aloys, pero déjame decirte que es un ser... ¡despreciable!—exclamó a falta de encontrar otra palabra más indicada con la que describir lo que sentía respecto a él. —Es... ¡tan creído! Piensa que es más inteligente, pero eso es solo una forma de mentirse a sí mismo ante su propia ignorancia. Me trata como si fuese un animal... Pues puestos a juzgar a los demás, yo sé qué animal es él, ¡un puerco de aquellos que se revuelcan en sus propias heces! —Ante tal enfado, Royse se quedó sin saber qué responderle. Pocas veces había visto a Minerva tan indignada y aquel día presentía que cuanto fuera a decir, sería inútil. Aunque, no entendía a qué venía tanto odio que era el que se profesaban los jóvenes. —¡Le odio! Uf... es que no imaginas la rabia que me da ver esa sonrisa prepotente en su semblante. ¿Sabes cómo le quitaría yo esa sonrisa? ¡A base de una buena bofetada!—de repente, el tono indignado de sus palabras, a oídos de Royse, por la forma en la que lo dijo Minerva, se tornó un tanto cómico, así que no pudo contener la risa y se carcajeó ante la mirada decepcionada de Minerva que sentía su incomprensión por parte de Royse. 

—¿Qué es tan gracioso?—preguntó Vladimir frotándose la cabeza, cuya herida aún le molestaba, pero gracias al descanso, ahora solo sentía un escozor más liviano. 

—Minerva está enemistada con el señorito de los amos—y viendo el desconcierto de Vladimir, Royse precisó:—Aloys. Por su discurso, tengo la impresión de que se han discutido—y ante la mirada aún más molesta de Minerva, confirmó sus dudas. 

Para relajar el ambiente, una vez Vladimir volvió a descansar, pues aquel día no se sentía en condiciones de ir a por más leña, Royse le propuso a Minerva retomar la labor que desde hacía unos días estaba tejiendo y que a base de dedicación, iba tomando forma. 
Aquellos momentos que compartían eran los indicados para charlar de los últimos cotilleos en la corte, si más no, aquel día hablar de las últimas novedades le sirvió especialmente a Minerva para distraerse de los últimos acontecimientos. 

—El hermano mediano de Aloys, cuyo nombre he olvidado, se ha casado.—Comenzó a decir, y ante la mirada amenazante que recibió al instante de parte de Minerva, se dio cuenta de que no había elegido el mejor tema del que hablar pero ya no había marcha atrás. Minerva prosiguió con su labor, ignorando lo que Royse le decía—, dicen que en motivo de las bodas, van a organizar un gran baile, en el que habrán miles de damas, y muchachos elegantes. Será en dos semanas, por lo visto, se reunirán las mejores casas y convergirán en la corte, será un evento realmente especial. ¿No te gustaría participar?—quiso saber Royse, y Minerva como si hubiese sido una burla, solo supo que reír, pues no tomó con seriedad sus palabras. 

—¿Quieres que vaya al baile de la persona a quien menos estimo en toda la faz de la tierra?—y no le permitió responder que prosiguió:—Eso, sin tener en cuenta que nadie nos ha invitado, así que nuestra entrada entre tantas personas selectas de la alcurnia de la sociedad, no va a ser posible. 

—¿Crees que te lo habría dicho si no nos hubieran invitado?—le sorprendió Royse y Minerva dejó por un momento su labor, después, continuó—, no me mires así, niña, sabes que los amos, pueden parecer por momentos personas...—y sin encontrar las palabras idóneas, reflexionó unos instantes antes de hablar:—materialistas, que de humanas, poco tienen. Pero aunque no te lo parezca. Ofrecen un trato, que a mi parecer, más allá de lo que en el fondo se pueda pensar, es digno. 

Minerva [#GanadoraGOBA17]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora