*Lamento la tardanza, últimamente estoy pasando una época muy complicada de salud, así que no me encuentro bien para continuar el libro, no sé cuándo vuelva a actualizar regularmente, pero espero que muy pronto vuelva a estar al día. Espero que les guste el capítulo <3
Minerva se miraba en el espejo con una sonrisa temblorosa. Aquel, era el día de su boda.
A su lado, estaba Royse, como siempre. La dama que siempre estaría a su lado, que le apoyaría en todas sus decisiones, que intentaría ayudarle y aconsejarle siempre que lo necesitara.
Y gracias a su compañía, Minerva, sentía que no necesitaba nada más. Es cierto que familia, ya no le quedaba, pues primos, y demás gente de su familia apenas eran conocidos por ella, pero aquello no le preocupaba pues siempre había tenido la dicha de tener a una persona, que con ella se había comportado como una verdadera madre.Royse siempre le había hecho los vestidos a Minerva poniendo toda su alma y dedicación en ellos. Le había confeccionado vestidos de mil y un colores, con diferentes telas y para ocasiones distintas, así que aquel vestido blanco como las nubes que aquel día Minerva llevaba puesto, no fue la excepción. Ese vestido quizás, era el que más horas le había llevado a Royse hacer, pero al mismo tiempo, era el que más significados representaba para la mujer que veía cómo Minerva había crecido y a cada paso, se había convertido en una mujer inteligente como sus padres habían querido que fuera.
Aunque habían pasado años desde que ella empezó a estudiar, el día en el que terminó sus estudios, aquella curiosidad viva en sus ojos, continuaba presente allí. Aquel brillo de querer conocer hasta las profundidades del mundo, se mostraba impasible al tiempo. Y Royse, esperaba que por siempre, continuara siendo así.
Días antes de la boda, Royse le pidió a Minerva que tomara asiento a su lado, y entonces, le dijo estas palabras:—Qué puedo decirte de la vida, que a éstas alturas, tú no sepas ya, cariño. Para qué tengo que decirte, que a veces, cuando vienes a la vida, lloras mucho antes de lograr sonreír, si tú ya sabes lo que es perder a las personas a quienes más querías, que eran tus padres. —Minerva le interrumpió.
—Tienes razón, Royse, pero temo que has errado en alguna de tus palabras, porque no es completamente cierto que haya perdido a todas las personas a quienes quiero. Tú estás a mi lado, has sido la persona que he necesitado en todos los momentos, nunca me has abandonado, siempre me has dado el abrazo que necesitaba, y si es verdad que la vida te enseña antes a llorar que a sonreír, tú me has ayudado a ser feliz. Gracias por todo, Royse, y permíteme, que aunque sepa que no has sido mi madre biológica, te tenga como a una verdadera madre, pues durante toda mi vida, te has comportado como tal. Te quiero, Royse—le dijo con lágrimas en los ojos, sintiendo de repente como si el tiempo no hubiese pasado. La mujer le respondió con un cálido abrazo. Se alegraba de todos y cada uno de los logros de la muchacha, y llegados a este punto, lo único que deseaba con furor era que ésta, pudiese ser feliz el resto de su vida, fuese al lado de Santiago, o de cualquier otra persona.
El día de la boda, Royse sólo tenía lágrimas en los ojos mientras ayudaba a Minerva a prepararse para aquella ocasión, de repente, le miró fijamente, como si quisiera adivinar todos sus pensamientos, y le habló en un tono maternal que pocas veces había empleado.
—Minerva, sé que amas a Santiago, lo sé, eres una persona entregada con los demás, altruista, y tienes un gran corazón. No permitas que nadie cambie tu corazón por un trozo de metal. No podemos divisar el futuro, por lo tanto, no puedo decirte si a su lado te esperan fortunas o tragedias, mas tengo que sincerarme y decirte, que lo único que anhelo es que puedas ser una mujer feliz, pues a partir de hoy para mí siempre seguirás siendo una niña, pero sé que ya no eres la niña que jugaba a contar las estrellas. Cuando Santiago vino a pedirte en matrimonio, pensé que era la persona que necesitabas, con los días posteriores, he llegado a la conclusión de que puede que sí que sea la persona idónea, y aunque este sea un día muy feliz, lamento ensombrecerlo diciéndote que el amor, no es ningún camino de rosas, y que por este camino, te encontrarás con muchas piedras, pero si el amor, quema y es puro y verdadero, estas piedras no supondrán ningún obstáculo para continuar amando a la persona que está a tu lado.
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Minerva [#GanadoraGOBA17]
Historical FictionNacida en el seno de una familia de campesinos, Minerva vive en una pequeña cabaña en Carcasona, en la Francia posterior a la Revolución Francesa, en compañía de su padre Vladimir, y Royse. Paralelamente a su hogar, se encuentran Wilky y Julieta, su...