Stay {Junhoe & Rosé}

°14°

Esta mañana desperté por la alarma del teléfono de Junhoe, a las siete de la mañana. Me molestó un poco ya que la mía estaba puesta para las nueve, pero luego al sentirlo abrazándome, se me pasó.

Él no quiso despertarse ni separarse de mí, por lo que tuve que obligarlo. Y sí, me dio la peor mirada que se le podía dar a alguien. ¡Se molestó porque no lo dejaba seguir durmiendo conmigo! Pero debía ir a trabajar y si lo dejaba quedarse, tendría problemas con su mánager y los demás miembros. Después de reproches se fue, no sin antes recordarme que teníamos la cita para esta noche.

Yo volví a acostarme, pero no pude dormir, me hacía falta su calor para conciliar el sueño con tanta facilidad como anoche. . . . Y como no pude volver a dormir, me decidí por levantarme, arreglarme para empezar el día y preparar el desayuno para cuando las chicas despertaran.

Se sorprendieron bastante y Jisoo soltó una pequeña broma:

─Al parecer te la pasaste bien anoche que hoy estás feliz y nos haces el desayuno.

Yo solo reí e ignoré el doble sentido que le había tomado al asunto. Jennie me preguntó si habíamos vuelto, y lo afirmé. Lisa celebró, Jisoo me felicitó y Jennie hizo lo mismo, pero no contenta como Jisoo.

Lo siento, Jennie, tendrás que aceptarlo.

Después fuimos a la compañía y trabajamos en lo que teníamos que trabajar por todo el día. Y mientras pasaban las horas, yo solo quería que fuera el tiempo de irnos. Quería que llegara el momento de la cita para volver a estar con él. Deseaba no tener que separarnos, pero algunas cosas eran imposibles. . . .

{⚘}

Finalmente, la hora de la cita había llegado, yo ya estaba arreglada lo mejor posible y tan solo esperando a que Junhoe pasara por mí. Estaba nerviosa aunque también emocionada.

El timbre de la puerta me sobresaltó y esperé unos segundos antes de ir a abrir. Cuando lo hice, Junhoe me miró asombrado.

─Wao. Estás preciosa ─Me sonrojé y aparté la mirada de él─. Esta mañana parecías una ogra, pero ahora pareces una princesa ─Lo miré sorprendida y le pegué en el brazo.

¡No me veía como una ogra! Él se ve peor cuando está recién despierto.

─Es broma, siempre te ves hermosa ─dijo dulcemente y me guiñó el ojo─. Y más tarde te haré pagar por ese golpe, que cada vez se vuelven más fuerte ─Se sobó donde le pegué con una mueca.

Yo sonreí y salí de la casa ya lista para irnos. Me abrazó por los hombros y me pegó a su costado. Bajamos por el ascensor y rápidamente subimos a un taxi que él había pedido. Le dio la dirección y nos pusimos en marcha. Vi cómo iba arreglado y sonreí por lo bien que se veía.

Tenía al novio más guapo que podía existir. Definitivamente.

─Saca una foto, que perdura más ─me dijo con la vista por la ventana. Me sonrojé, pero no aparté mi mirada de él.

─Te ves muy bien.

─¿Yo? ─me miró señalándose─. Siempre me veo bien ─dijo con orgullo y yo puse los ojos en blanco.

Cualquiera hacía detener el taxi para dejarlo solo y que fuera a tener la cita con su arrogancia. . . .

─Gracias, hermosa ─Me dijo al final, acercándose a mí, y me dio un beso en la mejilla.

De acuerdo. Mejor me quedaba. Si pude aguantar su arrogancia por los cuatro años que lo conozco, puedo seguir haciéndolo.

No hablamos mucho durante el trayecto. Íbamos mirando por las ventanas, nuestras manos entrelazadas reposando sobre el asiento en medio de nosotros. Al parecer el restaurante quedaba lejos, puesto a que tardamos treinta minutos para llegar. Cuando finalmente llegamos, bajamos del taxi. Caminamos hacia el restaurante, al camarero de la entrada Junhoe le avisó de que tenía una reserva y este nos guió a nuestra mesa, más apartada del resto. Nos sentamos en una de dos sillas, uno frente al otro. Nos entregaron los menús y pedimos las bebidas. Cuando el camarero se fue, le eché un vistazo al elegante lugar. No estaba lleno, solo habían unas cuantas mesas con personas adultas y mayores en ellas. El momento en que nos trajeron las bebidas, ordenamos lo que comeríamos y luego ambos le dimos un sorbo a nuestras bebidas para luego mirarnos.