°31°

584 37 6
                                    

Alrededor de las nueve de la noche fuimos a un hotel. La habitación era pequeña y lo suficiente acogedora para nosotros. Yo fui la primera en ducharme, luego al salir se entró Junhoe. Con calma me puse crema en todo el cuerpo, dándole masajes a mis piernas ya que me dolían por tanto bailar, y luego me eché un perfume suave que utilizo para después de la ducha. Me vestí con una pijama corta y bastante cómoda de seda, y luego me miré al espejo mientras me ponía bálsamo labial.

Al terminar recogí mi cabello en una coleta baja, dejando un par de mechones cayendo sobre mi rostro. 

─Rayos, mi novia es tan sexy ─me sobresalté al escuchar a Junhoe hablar detrás de mí. Me di la vuelta y lo vi que salió del baño solo en un pantalón de pijama y una toalla en la cabeza para secar su pelo. Me observaba con una sonrisa─. Esa pijama aunque sea rosa "inocente" te queda muy sexy ─No pude evitar echarme a reír e intenté bajar un poco más los pantalones, aunque no podían cubrirme más aunque quisiera. Eran muy cortos.

Del pequeño refrigerador que teníamos en la habitación agarré dos de seis cervezas que compramos y se las mostré. Alzó las cejas repetidamente en señal de aprobación y se sentó en el piso con la espalda pegada a la cama después de quitar la humedad de su pelo. Me senté a su lado y le entregué su lata de cerveza. Las abrimos y brindamos antes de tomar un trago. 

─¿Sabes? ─habló después de un tiempo en silencio─. Siempre quise hacer esto contigo, desde antes de comenzar a ser novios ─Conecté nuestras miradas y sonreí─. Salir de Seúl, pasar la noche en un lugar totalmente distinto, solos nosotros dos. . . Mi primera opción era ir a acampar, pero ahora iba a ser más difícil ya que no tenemos mucho tiempo libre ─Asentí y tomé otro trago de mi bebida─. Aunque no durmamos en una casa de acampar, fuera en la naturaleza, este viaje lo contaré como acampada. Mañana iremos a caminar por la montaña y por la playa. Es naturaleza, ¿no? ─Reí un poco y volví a asentir. 

Sus intenciones me encantaban, porque todas eran buenas. Quería hacer cosas conmigo, y cuando lograba hacerlas, demostraba estar feliz. Y para mí su felicidad, nuestras salidas, lo mucho que compartíamos juntos, significaba todo. 

─Solo que en vez de dormir incómodos en una cama de aire, dormiremos en una cómoda cama de hotel ─comenté y él asintió ahora riendo. 

─Aunque no estaría mal dormir en una casa de acampar. Digo, no es tan cómodo, pero la experiencia es buena.

─¿Haz acampado alguna vez en tu extravagante vida? ─pregunté divertida, causándole una sonrisa.

─Sí. Una vez lo hice con mi familia. Estaban mis padres, mi hermana, un tío mío y su familia. Mis primos y yo estábamos pequeños, entre ocho a diez años. Acampamos cerca de un lago, rodeados de montañas. Fue asombroso ─Sonreí mientras lo escuchaba contarme sobre algo que nunca me había dicho antes. Recogí mis piernas y las abracé mientras lo observaba─. Jugamos muchos juegos y nos divertimos. Incluso les hicimos bromas a los mayores. Vimos muchos animales e insectos. Bueno, los insectos no me gustaron mucho, pero su sonido por la noche mientras hacíamos la fogata era agradable. Y las historias que contábamos eran geniales ─Apoyó su brazo sobre mis rodillas y me miró a los ojos─. Quiero hacer eso contigo. En el futuro. 

─Yo también ─Levantó su mano derecha y me mostró su meñique. Yo hice lo mismo y los entrelazamos.

─Algún dia lo haremos.

─Definitivamente ─prometí y soltamos nuestros meñiques. Miré su pulgar acariciar una de mis rodillas, provocando que mi piel se erizara, y lo hice parar.

─¿Qué? Me gusta lo que provoca mi toque en ti.

─No eres tú, es el frío que hace aquí ─mentí con gracia, aunque era obvio que no me iba a creer porque siempre que toca mi piel esta se pone de gallina. 

Stay {Junhoe & Rosé}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora