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Después de que dijera que no me perdonaría por unos besitos, volví a darle besos en la mejilla y luego bajé a su cuello. Lo sentí tensarse. Besé su cuello y mordí un poco su piel, provocando que ahogara un gemido. Me separé de su cuello y me subí sobre él, intentando ponerme entre él y la pared, para encararlo. Él cooperó y permitió que estuviera contra la pared, abrazándome por la cintura. Sonreí cuando él se acercó más a mi rostro y me besó. Le seguí el beso mientras lo tomaba del cuello y le acariciaba la mejilla delicadamente. A los pocos segundos me separé, pero antes tomé su labio inferior entre mis dientes, mordiendole levemente. Al soltarlo, vi una sonrisa en él, pero luego se separó más de mí y respiró profundo.

─No lo conseguirás ─volvió a decir.

No respondí, tan solo lo miré como "¿seguro?", a lo que él giró el rostro a la dirección opuesta a mí. Me acerqué a su oído y le susurré un "Ya lo veremos", para posteriormente morderle el lóbulo de la oreja.

Adentré mi mano por debajo de su sudadera, acariciando desde su abdomen hasta su pecho mientras volvía a atacar su cuello con besos húmedos, en su punto débil, y donde al otro día tendría una marca. Escuché un bajo gemido de su parte proviniendo de su garganta y me separé un poco para verle el rostro. Tenía los ojos cerrados y se notaba que lo disfrutaba.

Pronto cedería ante mí.

Me hice dueña de sus labios y tan pronto lo besé, me tomó de las caderas y me acostó, él subiéndose arriba de mí. Sonreí contra sus labios. Cedió más pronto de lo esperado.

Nos besamos con pasión y deseo. En poco tiempo la parte superior de nuestras vestimentas cayeron al suelo. Ahora él besaba mi cuello en lo que yo intentaba desabrochar su pantalón.

La temperatura subió, mi corazón se encontraba latiendo a una gran velocidad y no podía evitar gemir suavemente ante sus besos y caricias.

Cuando nos despojamos completamente de nuestra ropa, nuestras miradas se encontraron. Sus ojos mostraban ese brillo lleno de lujuria y deseo que hacía mucho tiempo no veía. Me sentí bien, porque él me deseaba como yo a él.

Volvimos a unir nuestros labios, esta vez en un beso más tierno y calmado, mientras sus manos acariciaban todo mi cuerpo.

Oh cuánto extrañé sus caricias.

La forma en que me tocaba y besaba me encantaba, me hacía sentir querida, y mientras hacíamos el amor, me olvidé completamente de todo a mi alrededor. Ahora solo éramos nosotros dos.






{⚘}


─Lo conseguiste ─me dijo mientras recobraba el aliento.

Sonreí victoriosa y le di un corto beso en los labios para luego acurrucarme en su pecho.

─Eres increíble.

─¿Lo soy?

─Me haces sentir cosas que jamás creí que podría sentir. ¿Cómo lo haces?

─Es el efecto Park ─Dije divertida.

Me acariciaba la espalda con las yemas de sus dedos, con delicadeza, y provocando que mi piel se erizara. Podía sentir su corazón bajando de velocidad, de rápida a normal y calmada, al mismo tiempo que el mío.

En estos momentos me sentía tan feliz a su lado. Él me hacía feliz de todas las maneras posibles.

─Me encantas, Park Chaeyoung ─dijo en voz baja.

Stay {Junhoe & Rosé}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora