Al principio sus besos eran lentos, sus manos acariciaban mi cintura y parte de mi espalda mientras mis manos estaban en sus brazos subiendo a su nuca, su tacto suave me volvía loca completamente. Está siendo muy cuidadoso a pesar de que solo son besos, pero yo quiero más. Junté más su rostro hacia mí para besarlo con un poco más de rapidez y lo hice sentarse en la cama.
- Espera - logró decir cuando nos separamos.
- ¿Qué?
- No tengo... nada.
Mierda.
Fue como ignorar la señal de alarma en mi cabeza, esa advertencia que te dan toda la secundaria y preparatoria, pero yo solo quería estar con él, tocarlo, besarlo, lo demás no me importaba.
Me volví a acercar para besarlo. Me senté en el borde de la cama y lo jalé para que quedara encima de mí. Lo necesito más de lo que pensaba, mi cuerpo lo pide urgentemente o si no voy a romperme.
Comencé a sacar su camiseta y fue ahí donde los dos comenzamos a sentirnos nerviosos.
- Eve, ¿estás segura?
- Por favor- supliqué sobre sus labios, mordiendo suavemente su labio inferior. Jadeó -. Tomaré la píldora en la mañana, pero te necesito ahora.
Eso debió ser el detonante para dejar de detenerlo, pues una vez de haberle dicho eso, Justin procedió a besar mi cuello con una lentitud que debería estar prohibida. Sus manos estaban en mi cintura vagando por ahí hasta llegar a tomar mis muslos con mucho cuidado de no tocar mi herida.
- ¿Sabes cuánto te extrañé? - me susurró en el oído antes de depositar un beso en mi sien.
No pude evitar arquear mi espalda al mismo tiempo que yo jugaba con su cabello, largo de arriba y rapado de los lados hasta la nuca, me volvía loca con solo su existencia.
Justin pegó de nuevo nuestros labios con rapidez, y si no lo conociera bien, con ansiedad. Pasó sus manos a mi espalda y me acercó más a su cuerpo, era buen momento para recordar que no tenía brasier, sus manos se fueron deslizando hasta pasarse al frente, donde no tuve temor alguno de sacarme la playera yo misma.
Mi corazón latía muy rápido y era porque yo también lo había extrañado y estaba viviendo una experiencia hermosa y única con él. No quería que este momento terminara, pero si esto iba a terminarse hoy, no me iba a aguantar las ganas de saciarme de él, aunque eso lo veía imposible.
Se me erizó la piel en el momento que fue bajando su boca y depositaba besos desde mi clavícula, la parte de mi esternón hasta llegar a mi vientre.
- Eres preciosa – besó esa zona, haciéndome sufrir.
Sin miedo al éxito, sentí sus manos en los extremos de mi short y fue bajándolo sin despegar su cara de mi cuerpo.
Esto es el jodido paraíso.
Volvió a subir su cuerpo sobre el mío, yo lo tomé de las mejillas y volví a besarlo mientras él paseaba una de sus manos por mi vientre hasta mi ropa interior.
- ¿Recuerdas... cuando te hice mía? - jadeó en mi oído, besando mi cuello al mismo tiempo que terminaba de bajar mi ropa interior -. Aquel día que aceptaste ser mía para siempre.
- Sí – jadeé.
Besó mis labios una vez más para imitarlo e irle bajando su pants hasta las rodillas.
Justin Bieber es jodidamente perfecto. Jodidamente perfecto.
- Dime que quieres volver a serlo – me miró a los ojos.
Me ruboriza tener que pedirlo, pero a la vez es un detonante muy excitante.
- Quiero ser tuya – rogué.
Besé su cuello, sus mejillas y parte de su hombro mordiendo su piel ligeramente bronceada donde hay un nuevo tatuaje y lo voy acariciando junto con mis manos.
- Eres mía.
Con mi cuerpo pegado al suyo e ignorando toda advertencia que te daban toda la secundaria y preparatoria sobre los peligros que esto conlleva, sentí cómo iba entrando muy despacio en mí. No pude evitar jadear y cerrar los ojos temiendo lo que podría avecinarse, pero fue diferente a como yo pensaba, pues estar tan cómoda con él no me provocaba ningún dolor.
Salió y volvió a entrar.
- Mierda – gruñó mientras su puño arrugaba la sábana a mi lado.
Me mataba la forma en la que lo hacía con cuidado, igual que antes, preguntándome si me sentía bien, si me dolía, yo solo quería que continuase y seguir con él el resto de mi vida como lo habíamos prometido en algún tiempo atrás.
Pasé mis brazos por su cuello en una especie de abrazo y rasguñé levemente su espalda, comenzaba a tener gotas de sudor en su frente y yo en la mía, su cabello se adhería a su piel, el cristal de la ventana del cuarto se veía empañada y casi podía sentir el vapor en el aire.
Estaba cerca, podía sentirlo venir en un par de movimientos más si seguía moviéndose al ritmo al que iba, mordí mis labios para evitar que me saliera algún gemido elevado y que nos fueran a escuchar.
- ¿Quieres gritar? – me preguntó sin detenerse.
Asentí.
- Me encantaría escucharte – aumentó la velocidad y apretó mis caderas con sus manos.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Sentía que mi cuerpo iba a explotar en cualquier instante, pero ese instante llegó más pronto de lo que esperaba y llegué al punto que todos veneran tanto. Ahogué mi grito en una respiración ahogada hasta que él se separó de mí y acabó unos segundos después.
«Con que así sale.»
No sé cuánto tiempo ha pasado, pero siento como si me hubieran puesto pilas nuevas. Tengo una sonrisa en mi cara a pesar de que sigo agitada. Justin me ha abrazado por mi cintura y está dispuesto a cerrar sus ojos para dormir unas largas horas, pero yo tengo otros planes.
Me volteé de manera que en la que pudiera seguir besándolo y deslicé mis manos por su vientre hasta llegar abajo. Él parecía sorprendido al principio, pero poco a poco me fue siguiendo el juego.
- ¿Quieres más? – preguntó sorprendido
- Sí.
- ¿No estás cansada?
- No – lo volví a besar y a manosear. Tal parece que él tampoco está cansado, y no hablo de Justin.
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Lol, ¿Les gusta? Yo sé que si ♡
De verdad no sé qué pasa con eso de que no se ven, me estoy preocupando :C
Por eso volví a subir el capítulo por si ayudaba en algo. ¡No olviden que las amo pase lo que pase!
- ♡
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2. All That Matters [Segunda Temporada. Part. 1]
Fanfiction«Te amo, te amo, te amo. No sé cuántas veces tengo que decirte que te amo y te extraño. Extraño besarte, extraño que me sonrías, extraño nuestros momentos juntos, extraño todo de ti. Te quiero, conmigo y para siempre. Eveleen, eres lo único que impo...