2. All That Matters [Segunda Temporada. Part. 1]

14. Infiel

Jack despertó en la habitación donde solía quedarse en casa de Eveleen hace unos ayeres. Su cabeza le dolía mucho, miró su celular y eran cinco para las seis de la mañana, estaba amaneciendo.

Trató de levantarse de la cama, pero se mareó al momento de sentarse, era como tener una resaca. Tuvo que quedarse inmóvil un momento para volver a retomar el equilibrio. Estaba solo en la habitación, no había señal de que Eveleen haya estado dentro de la habitación ni en el baño, así que salió de ahí esperando escuchar algo que le indicara que Eveleen estuviera por ahí, como sus zapatos, algún suéter tirado o ruido de que estuviera comiendo en la cocina, pero ni eso. Fue hasta la habitación de ella, pero estaba completamente intacta. Pareciera que estaba como la dejó cuando se fueron a Londres.

Bajó a paso lento y tranquilo a la sala, pero casi pierde el equilibrio en los últimos dos escalones al ver los pies de una persona tendida en el suelo. El corazón le bailó en el pecho cuando siguió la vista hasta los vidrios rotos, el mueble tirado hecho trizas y más sangre.

«¡¿Qué demonios pasó aquí?!»

Pensó es que estaba dentro de una pesadilla, una pesadilla de la que no podía despertar y se sentía malditamente real.

- Oye – llamó a la persona en el suelo.

No sabía qué le daba más miedo, si se levantaba o si no se levantaba.

- Oye – lo movió con el pie y se alejó de inmediato. Al no obtener respuesta, se atrevió a tomarle el pulso en el cuello.

Efectivamente, estaba muerto.

Lo siguiente en lo que pensó fue en Eveleen, no estaba en la casa. Había recorrido cada rincón de la casa, pero era como si se hubiera esfumado. Comenzó a entrar en pánico.

Al volver a la sala, miró detenidamente el cadáver de la persona. Era un hombre vestido de negro y del otro lado del lugar yacía una máscara dorada. No se atrevía a mirarlo tanto por más marica que se viera al no hacerlo, nunca había visto una escena tan violenta.

- 911 ¿cuál es su emergencia? – contestaron al instante.

- Necesito a la policía, hay un sujeto muerto en mi casa y mi novia no está, creo que la secuestraron – intentó no sonar tan asustado, pero le temblaba la voz.

Iba a dejarle el asunto a los profesionales, pero en su cabeza solo tenía dándole vueltas varias preguntas y miedos.

«¿Quién es esta persona? ¿Qué diablos pasó aquí? ¿Dónde estará Eveleen? ¿Estará herida? ¿Qué voy a decirle a Michael?»

Sin embargo, a pesar de todas esas preguntas, el único indicio que podía llevarlo al rompecabezas era una máscara dorada.

***

Es increíble cómo puedes pasar de ser un infeliz de mierda a ser la persona con más felicidad en toda tu vida en cuestión de segundos. Te dan ganas de ayudar a la gente, sonreír todo el día aun cuando sabes que eso no es posible, saludar hasta al vagabundo de la esquina y bailar Happy con todo mundo. Esa persona que logra provocar eso en Justin, es Eveleen Williams, la chica que descansa plácidamente a su lado en la misma cama.

Jugaba con su cabello rojizo y lacio mientras la miraba dormir, su espalda subía y bajaba con cada respiración, no se cansaba de mirarla, aunque él solo había dormido dos horas pausadas, sus pestañas, sus labios, sus cejas, los lunares en su cuerpo, toda ella era el motor que lo haría continuar.

Tenía cierto temor de saber cómo serían las cosas de ahora en adelante, Eveleen tenía razón, no era la misma, había cambiado las decisiones que había tomado desde el momento que la vio, así que, aunque esta noche haya sido todo para él, tal vez, esta era la verdadera despedida.