Dos semanas pasaron volando, mi ojo se curó al igual que mi mejilla y algunos moratones que habían repartidos por mi cuerpo desaparecieron. Ya me podía mover libremente, y como lo disfrutaba. Aunque ya estuviera en plena forma, había algo que me seguía intrigando.
"Ven a buscarme"
Esa frase no se me borraba de la cabeza...esos ojos y esa voz ronca se me hacían tan misteriosas y a la vez tan conocidas. Ese tono de voz tan grave que a veces se le rompia... esos ojos tan verdes como la hierva y tan brillantes como una esmeralda... ¿quién era? Era un monstruo obviamente, tenia cuernos y alas, a lo mejor era el diablo.
¿Qué dices Lilianna te estás oyendo?
No sabía quién era, pero por alguna razón me pidió que lo buscara ¿Por qué querría eso él? ¿Por qué soñé esto?
Lilianna a lo mejor tu cabeza te está haciendo que te imagines cosas muy locas, sabes que a veces se te va la pinza.
Sin embargo era tan real... podía sentir su respiración tranquila y profunda, podía ver en sus ojos llenos de odio y locura. Pude incluso oler la sangre derramada de los padres y niños que habían en la plaza, ver Óscar y a Guillermo sin vida alguna... y a pesar de su cercanía no logré ver su rostro, ¿o a lo mejor no me acuerdo? No tengo ni idea. Solo siento la necesidad de saber más sobre él, si es que existe y no es mi cabeza que me está jugando una mala pasada.
Tocaron a mi puerta y Guillermo entró en mi habitación. Lo miré desde mi ventanal donde acostumbraba a ver a los niños jugar con una pelota de trapo. Aunque como habréis notado, hoy no estoy en lo que estoy.
- Buenos días Lilianna. El desayuno ya está listo, por suerte tus padres se fueron hace unas horas, ¿desayunamos juntos?- Dijo con una sonrisa.
Es verdad mis padres se iban otra vez por no sé que reunión con no sé quién. Miré a Guillermo, igual que siempre, bien peinado, sus gafas, bien vestido, una buena postura y con una sonrisa en su rostro. Todavía no me puedo quitar aquella imagen de la cabeza. Dió tanto miedo... ver como los perdía a los dos...
- Lilianna ¿estás bien?- Preguntó preocupado. Yo salí de mi trance y le sonreí.
- Sí, perdona, sólo estaba pensando en mis cosas.- Me miró sin entender. Caminé hasta llegar a su lado puse una mano en su brazo y le miré.- No te preocupes, estoy bien.- Y nos dirigimos hacía el comedor.
Cuando llegamos ya estaba todo colocado y como siempre algunos sirvientes en un extremo de la sala por si necesitábamos algo, entre ellos Óscar. Lo vi normal, concentrado haciendo su trabajo y cuando me vió sonrió por lo que yo le devolví el gesto, aunque creo que me salió una mueca. Nos sentamos a comer y por mi parte estuve callada, estaba inversa en mis pensamientos.
- Lilianna, de verdad me estás preocupando, llevas varios días así. ¿Qué te ha pasado?- Dijo Guillermo. Yo solo lo miré y otra vez intenté sonreír sin mucho éxito.
-Estoy bien, no te preocupes, como te dije antes sólo estoy pensando en mis cosas.- Y tras decir esto, el desayuno transcurrió en silencio.
Cuando terminé de desayunar le pedí a Guillermo si podía estar sola solo por unas horas si me lo permitía. Extrañado y a duras penas accedió. Sin pensármelo me dirigí a la biblioteca. Entré y cerré la puerta con llave. Miles de libros se hallaban en ese lugar, me costaría mucho encontrar la historia que yo quiero, pero dispuesta a encontrarlo me dirigí a la primera estantería que vi y allí empecé a leer los titulos de las portadas.
- "La malicia de la reina", "El carcelero", "Don Quijote de la Mancha", "Romeo y Julieta", "El sueño de una noche de verano"...- No eran ninguno de esos.
Entonces recordé que era un cuento infantil. Solté todos los libros que cogí y me dirigí hacía la sección de cuentos infantiles, que a decir verdad la estantería tampoco era lo que solemos llamar pequeña. Y empecé a buscar.
- "La vida del hada roja", "La maldición del lobo hambriento", "La misteriosa criatura mágica"...- Abrí el libro y leí fragmentos sueltos.
Es este.
Me senté en una de muchas mesas que habían allí y empecé a leérmelo detenidamente. Para ser un cuento infantil era muy tétrico y dramático, además de ser muy largo.
-《Érase una vez, una muchacha llamada Atari que vivía en una aldea, donde cada día alguien moría por el hambre o por alguna enfermedad. Para poder salvar de esas lamentables condiciones a su aldea se marchó de su hogar y emprendió un viaje hasta llegar al castillo. Allí se hizo pasar por una sirvienta y cuando se le presentó la ocasión asesinó a los reyes y a la princesa.- como dije un cuento para niños, apto para todas las edades.- Por alguna enfermedad que desde pequeña tuvo la princesa no pudo salir nunca de su habitación y tampoco pudo tener contacto con nadie, y así que Atari aprovechando eso se hizo pasar por la princesa la cual milagrosamente se había recuperado, fingió estar dolida por las muertes de sus supuestos padres para así al poco tiempo, conseguir convertirse en reina. Teniendo así todo el poder en sus manos recordó aquella leyenda que le contaban de pequeña sobre una criatura ma...》
- Lilianna, ¿qué haces?- Dijo una voz masculina, la cual hizo que cerrará el libro rápidamente. Me giré hacia aquel hombre, era Óscar.
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Leyendas de la realeza I: El mito del rey || Editando ||
FantasyCuando el rey decide comprometerla por conveniencia, huye para poder vivir lejos de aquel extraño sitio al que una vez llamó hogar. Sin propósito ni meta más que no ser descubierta, emprende una búsqueda para encontrar aquella criatura que recurre...