- ¡Nada! ¡No tengo nada! ¿Cómo conseguiste entrar si la puerta estaba cerrada con llave?- Pregunté curiosa.
- Por la ventana- Señalo hacia atrás y efectivamente, ahí estaba la ventana abierta de par en par.
-¿No podrías haber tocado a la puerta como todo el mundo?
- Lo hice, pero como no me abrías la puerta pues me colé por la ventana y te pillé aquí leyendo en voz alta el libro que estas escondiendo detrás de tu espalda.- Pillada.
Deje de esconder el libro y lo cogí con las dos manos tapando su portada.
-Es que me dió por venir a leer sola, para despejar mi mente de algunos pensamientos que me rondan la cabeza.
- ¿Pensamientos? ¿Esa palabra desde cuándo existe para ti?
- ¿Perdona, que dijiste?- Pregunté molesta para ver si se atrevía a responderme otra vez lo mismo que dijo hace unos segundos. En cambio de eso rió y con una de sus gigantescas manos revolvió todo mi pelo.
- Nada, no te preocupes.- Suspiré y después le saqué la lengua como si fuera una niña chica, a lo que él rió.- Oye, ¿y se puede saber en qué piensas tanto como para estar días siendo tan callada y distante?- Segunda vez, pillada.
- No me pasa nada, ¿por qué lo dices?
Mentí y menti muy mal. Los nervios se me notaban demasiado en la voz, me temblaban las manos y para evitar que se diera cuenta cogía con más fuerza el libro, pero nada de eso resultó, se dio cuenta, lo sé. Suspiró fuertemente mirando hacia el suelo para después levantar otra vez la mirada y volver a chocar sus ojos con los míos.
- Lilianna, sabes que cualquier cosa que te pase me lo puedes contar.
- Lo sé.- Le respondí
- Y supongo que no sabes que para poder ayudarte con tus problemas me tienes que decir la verdad ¿no?- Tragué saliva de los nervios. Asentí.- Bien. Soy todo oídos.
Dios mio, ¿pero este hombre desde cuando me conocía tan bien? A veces me daba miedo, no podía tener ningún secreto desde que él apareció. Pero el caso era... ¿se lo cuento? ¿de verdad me creería si le digo qué tuve un sueño dónde él y Guillermo eran asesinados por un monstruo o un medio demonio me pedía que lo buscara? Por favor es surreal, nadie se creería esa especie de historia de terror. Se creería que estoy loca o que tengo fiebre o que mi padre me dejó medio subnormal con la patada en la cara. ¿Y si le digo qué siento la necesidad de saber quién es ese medio demonio? En ese caso creo que correría a contarselo a mariam para que trajeran un loquero.
- Eh, eh- Agitó su mano delante de mi cara para que despertará de mi trance.- Me estas empezando a asustar. ¿Qué te pasa?
- ¿Me prometes qué no se lo contarás a nadie y que no me tomarás por loca?- Le dije.
- Lo de loca te lo adjudique nada más conocerte- Le pegué un puñetazo en el brazo, aunque creo que con la poca fuerza que tengo ni llego a hacerle cosquillas.
- Te lo digo en serio- Al ver mi cara, su expresión de burla cambio a la de preocupación. Se puso serio y empezó a escuchar todo lo que le tenía que contar.
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Leyendas de la realeza I: El mito del rey || Editando ||
FantasyCuando el rey decide comprometerla por conveniencia, huye para poder vivir lejos de aquel extraño sitio al que una vez llamó hogar. Sin propósito ni meta más que no ser descubierta, emprende una búsqueda para encontrar aquella criatura que recurre...