-XXI-

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Pasados los meses de espera y llegó de nuevo una nueva campaña, Harry tenía que zarpar pues se debía a su barco y a su tripulación, pero su hijo nacería en plena campaña y cuando regresase ya tendría unos meses, no sabría si todo iría bien, no sabría en que momento justo nacería, la parte que Louis no ocupaba en su corazón estaba dividida entre el deber y el querer.

Al final el Capitán del Alma Furiosa zarpó, pero los amargos días fueron pasando uno tras otro y Harry cada vez sentía que esa vida ya no lo llenaba, no sentía ningún tipo de placer al encontrar tesoros o riquezas.

La plata y el oro para él ya no eran tan brillantes como antaño, no disfrutaba de los botines, ni de la lucha, era​ como si se estuviese ahogando en un mar de dolor, como si estuviese en un abismo el cual no se acababa nunca.

Harry pasaba el tiempo en su camarote y cuando salía se sentada en unos de los barriles de ron y miraba al horizonte sin decir nada, en total silencio.

Los hombres sabían que el Capitán ya no era el mismo, la ausencia de Louis lo tenía así, ya no tenían dudas, pues tenía una hermosa mujer y hasta un hijo en camino y él seguía sumido en esa tristeza y ese desánimo.

Cuando atracaban en los puertos, Harry se quedaba en el barco, ni siquiera iba a la cantinas a celebrar con los demás, no se distraía, ya no se divertía, era como el fantasma del Capitán Harry Styles que en un tiempo fue.

La mayoría de ellos creían que Louis ya no estaba vivo, era imposible que sobreviviese él solo, quizás el Capitán estaba llorando un amor que jamás se dio y que jamás volvería.

Un día de repente Harry decidió regresar antes de tiempo, ya no aguantaba más, quería estar con su hijo que seguro ya habría nacido, aunque hubo discordia, regresaron a Londres.

El hijo de Elena nació en su fecha correcta nueve meses, pero en realidad habían pasado solo ocho, así que se inventó un cuento y pagó muy bien a la partera para que apoyase su mentira de que el niño se había adelantado.

Anna se lo creyó al igual que Gemma y las gentes del pueblo, la única que no se lo creyó fue Griselda, además el bebe no se parecía a Harry cuando recién nacido.

Este niño tenía el pelo castaño al igual que sus ojos, era moreno de piel, Harry cuando nació tenía el pelo rizado y rubio, y sus preciosos ojos verdes eran iguales a los de su padre fallecido.

Cuando el barco atracó, la noticia de que Harry era padre de un hermoso niño no se hizo esperar, el ojiverde corrió desesperado pues quería conocer a su hijo, la espera había cesado.

Harry sintió que estaba en un sueño, su hijo era precioso, perfecto, lo cogió en su regazo acunándolo con mucho cuidado, ningún tesoro, oro ni toda la plata se comparaba a ese momento, a ese hijo, a la sensación de ser padre por primera vez y tener una pequeña vida en sus manos.

Elena sonreía satisfecha pues su plan estaba saliendo muy bien, su hijo tenía un padre que si lo quería y lo protegería para siempre, Smith era historia.

Elena quedó débil del parto así que permaneció reposando, Harry se ocupaba del baño del bebe y de su necesidades fisiológicas, se ocupaba de que no le faltase nada, era todo un padre amoroso.

El bebé llenó un espacio muy grande en el corazón en Harry y llenó su vida con una nueva ilusión, le dio un motivo para no desear morirse, tenía un motivo por el cual volver a sonreir.

30. Mi ardiente capitán- Larry Stylinson💛 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora