-XV-

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Los dos meses que faltaban aún para la nueva campaña se le iban a hacer interminables a Harry, los días no avanzaban y cada día era peor que el anterior, en su casa no podía permanecer mucho tiempo pues Louis pululaba por toda ella haciendo su trabajo y por las noches tenía que beber hasta bien entrada la noche y así caer inconsciente para no pensar en él.

No podía olvidarlo, le era imposible sacarlo de su cabeza, no comía, no dormía, no vivía sino era pensando en el maldito Louis, lo traía muerto y ni siquiera se habían besado, o al menos eso creía él, pero el simple recuerdo de esos sueños casi reales lo mortificaban y eran suficientes para querer probar sus labios y revivir esos besos una y otra vez.

Louis también estaba muy mal, él creía que Harry lo odiaba y por eso lo evitaba y nunca estaba en casa, por las noches siempre lo esperaba y el Capitán siempre llegaba ebrio y altas horas de la noche, todos las noches desde su ventana lo veía llegar solo o a veces los muchachos lo traían y luego se dormía a llorando hasta la mañana siguiente que volvía a ocurrir lo mismo.

Todo empeoró una mañana que llegó un telegrama para Harry, Louis lo recogió y se lo entregó en mano en su despacho, Harry con mucho esfuerzo ni lo miró, cogió el sobre e indiferente lo abrió.

De repente se levantó saliendo con una gran sonrisa y muy apurado en busca de su madre y hermana, Louis tambien salió de allí cerrando la puerta muy triste.

—¡Madre madre, hermana vengan!— gritaba Harry muy emocionado.

—¿Qué ocurre hijo?, ¿qué son esos gritos?.

—Madre es Elena... Elena vendrá ésta noche...ella cenará con nosotros, verás cuando la conozcas madre... es fascinante.

—¡Vaya hermano!..., si que te gusta esa mujer...¿Ella será tu esposa?— preguntó Gemma muy extrañada e irónica pues ella sabía que a Harry le iban los hombres aunque tuviese sexo con mujeres.

Harry la miró con ojos de odio, Gemma a veces era odiosa, la envidia la hacía ser una amargada.

—Dispondremos todo para ésta noche se lleve una buena impresión de nosotros no te preocupes hijo.

Harry salió muy guapo aquella  mañana, Louis se quedó muy extrañado al verle.

— ¿Y éste, a dónde irá así ahora?—se preguntó Louis viéndolo por la ventana del salón mientras hacía que limpiaba el cristal.

—¿Se puede sa....saber que murmuras ahora Louis?— dijo Griselda riéndose​.

—¡Maldita sea Griselda casi me matas del susto!—gruñó el chico saltando en el sitio sosteniendo el paño con una mano y la otra en su pecho para recuperar la normalidad de sus latidos.

—Anda muévete... vamos a la cocina que hay mucho que hacer

Louis obedeció y fue con Griselda, allí vio sobre la mesa, un gran despliegue de cubiertos de plata, vajilla dorada, copas con hilo de oro y cristal fino.

—¿Y todo esto Griselda?—preguntó extrañado.

—Esta noche hay una cena muy importante al parecer, ¡viene la novia del joven capitán!—dijo entusiasmada.

Louis notó romperse su corazón en miles de trozos ¿desde cuando Harry tenía novia?, ¡entonces el telegrama, la sonrisa, el entusiasmo y su estilismo de hace un rato, todo eran por que su novia venía!—pensó Louis recordando todo.

Sintió morir, ahora si que ya no había esperanza ninguna, Harry jamás sería suyo, todo había sido una ilusión.

Por otro lado Harry, estaba muy emocionado por volver a ver a Elena, lo alegraba y no tenía nada que ver con el sexo, ni lo linda que era, solo que sería una buena distracción, una hermosa visita siempre alegraba a todo el mundo y más si era una chica tan especial como Elena.

Decidió comprarle el más bonito y más caro de los ramos de flores que la mujer florista del pueblo vendía, hubiese querido comprarlas para cierto chico de mirada azulada pero no podía ser, pues él no quería, así que tendría que enterrar sus sentimientos y seguir con su vida.

Louis colocaba la mesa para la cena ayudando muy desanimado a Griselda cuando Harry volvió de la calle muy contento.

Había ido al barbero y lucía muy apuesto, traía muchas bolsas y un gran y precioso ramo de orquideas blancas el cual posó con cuidado en el mueble de la entrada.

En las bolsas traía cosas muy ricas y caras que había comprado para impresionar a Elena,—Al parecer todo es poco para la gran visita— pensaba Louis muerto de celos.

Furioso dejó su trabajo y se fue a la cocina, no lo soportaba, Griselda se estaba empezando a dar cuenta de todo y aunque no dijo nada, siguió colocando la mesa, tendría que hablar con Louis muy seriamente o sufriría mucho.

Harry ajeno a todo subió a su habitación y se lavó y se cambió de ropa, pronto llegaría Elena.

30. Mi ardiente capitán- Larry Stylinson💛 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora