-XII-

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Al llegar al Alma Furiosa, Harry ayudó a tumbar a Louis en una de las mesas pues la hamaca sería peor para su adolorida espalda, acto seguido le levantaron la camisa y vieron el gran moretón que tenía.

—¡Ese maldito monje le dio un mal golpe!— gruñó Harry furioso.

—Tranquilo mi capitán... unos días de reposo y el aprendiz volverá a dar la tabarra con sus sermones— dijo Zayn revisándolo con detenimiento .

En la noche, a Louis le subió la fiebre y el moretón se volvió más visible y púrpura, por lo que a penas pudo descansar.

En sus delirios soltaba cosas que no eran entendibles y otras si lo eran, si te acercabas a su boca.

En una de esas ocasiones, Harry estaba a su lado, haciendo guardia a su sueño pues Zayn estaba descansando y el resto de los hombres se estaban divirtiendo en la cantina del pueblo.

—N-no no D-Dios... no me abando-nes, no quiero ir al infier-no—deliraba Louis.

—Ssssh.. tranquilo no pasa nada descansa—le decía Harry acercándose  mientras cambiaba el trapo húmedo de su frente..

El chico estaba bañado en sudor y su cuerpo desnudo ardía, ese era el método más eficaz aunque Zayn también le había dicho que debía pasarle el paño húmedo por el cuerpo, acariciando suavemente.

Harry no sabía en que momento aquello le empezó a parecer erótico, si fue el rozar del precioso cuerpo acaramelado de Louis con el húmedo paño, si los suaves gemidos de alivio que este dejaba escapar de sus labios febriles pero cuanto más le aliviaba la fiebre, más calor en su cuerpo sentía el capitán y su más que necesitada polla empezó a palpitar dentro de sus pantalones.

—Joder chico ...eres tan bonito que incluso febril y bañado en sudor enciendes mi pasión —susurró jadeante mientras lo contemplaba.

—Maldito hijo de puta... el monje que te hizo esto, lo mataría una y mil veces más si pudiese... ¿por qué tuviste que entrar?... ¿por qué no te quedaste fuera, chico rebelde?, ¿Qué querías demostrar?.

Harry estaba muy preocupado por él, ese chico le despertaba cosas que hacía años que no sentía, cosas que había querido ahogar enterrandolas con la barbarie.

Al llegar el alba de un nuevo día, ya mucho mejor, Louis abrió sus ojos y se encontró al pie de su improvisado lecho, al capitán dormido con el paño húmedo en su mano.

«Se ve tan tierno así dormido», pensó Louis pues no parecía el rudo, frío y abusivo capitán que era cuando estaba despierto.

El ojiazul se moría por tocarlo, ya que sus dedos le picaban por sentir el tacto de la sensual piel de Harry y enredarse en su precioso y largo cabello ondulado, el cual le caía ligeramente sobre su rostro y lo hacía ver más aniñado.

Su boca entreabierta, adornada con sus atrayentes labios carnosos, lo hipnotizaban e invitaban a pecar, por un instante pensó en besarlos pues Harry seguía sumido en los brazos de Morfeo.

En un impulso, inclinó su cuerpo aproximando su cara a la del capitán, sintiendo su cálido aliento en las mejillas, pensaba en que no sé daría cuenta, que solo sería un beso y que no le haría daño a nadie.

Harry respiraba fuerte, ya que estaba profundamente dormido y el ojiazul quería agradecerle que le salvase la vida y que lo cuidase toda la noche.

De repente el capitán se humedeció los labios y eso hizo que una corriente eléctrica azotase el cuerpo de Louis, nuevamente lo estaban llamando insistentemente, entonces se inclinó del todo por fin y los presionó con los suyos.

De repente el capitán se humedeció los labios y eso hizo que una corriente eléctrica azotase el cuerpo de Louis, nuevamente lo estaban llamando insistentemente, entonces se inclinó del todo por fin y los presionó con los suyos

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Un fuerte golpe tras la puerta lo hizo repararse rápidamente, aunque sus pensamientos y su estado gratificante permanecieron un buen rato.

La puerta se abrió.

—Saludos Louis...veo que has amanecido mejor...nuestro capitán a cuidado bien de ti— dijo Liam despertando a Harry, el cual sonrió feliz al ver a Louis despierto y sin fiebre.

El ojiazul se derritió al ver la amplia y hermosa sonrisa del capitán, mostrando los hermosos hoyuelos que adornaban sus mejillas, haciéndolo ver aún más tierno.

Pocas veces lo había visto sonreír de esa manera y ahora era gracias a él, sorprendentemente el capitán, estaba sonriendo por verlo mejor.

—Me alegro de verte bien muchacho, nos has dado un buen susto— dijo este levantándose para irse, ahora Liam tomaría su relevo para cuidar de Louis, aunque verdaderamente, él se moría por quedarse más tiempo allí.

30. Mi ardiente capitán- Larry Stylinson💛 (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora