Para que vivir, si cada día cuesta más respirar, para que ser positivo, si el 99 por ciento de las veces eres negativo, para que tener esperanza, si jamás la vas a encontrar en nada.
Estoy harta, estoy herida, no importa quién me ame, ni quien me odie, ni quien quiera ayudarme, no quiero vivir sabiendo que la felicidad no es para mí.La sangre comenzó a salir de mis muñecas, tuve miedo, un miedo como jamás lo había sentido, un gran escalofrío recorrió mi cuerpo, comencé a retroceder caí al suelo, escuchaba golpes, voces, pero cada vez más lejos, sentí como el alma se me estaba yendo, como si me la estuvieran arrancado, como si de mis venas me estuvieran robando la última fuerza, como si estuvieran cerrando el paso del aire, y solo pudiera escuchar mi corazón disminuyendo los latidos, entonces los recuerdos más valiosos vinieron a mi mente.
Cuando le regale a mamá mi dibujo de ella, cuando conocí a Tamira, cuando me enamore por primera vez, sobretodo cuando conocí a Matt, su rostro apareció delante de mis ojos casi cerrándose, seguramente estaba alucinando, escuchaba su voz diciéndome que me amaba, que no lo dejara, recuerdo la primera vez que lo vi sonreír, cuando nos besamos, la galería de artes, su mano en mi abdomen, su aroma, sus manos tocando mi rostro, sus besos...sonreí.
Me estaba yendo. Pero estaba bien, todo estaba bien. Me dejé ir en ese espiral oscuro.
Matt
Tamira regreso del baño. Estaba muy nerviosa, me quedé con eso que dijo del colegio, algo raro pasó, lo intuí.
Levante mi mirada, vi cómo Rose venía caminando como perdida. Los ojos de Rose estaban rojos e hinchados.
- ¡Rose! ¿Cómo está Sienna?- preguntó Tamira nerviosa. Rose levantó su mirada para vernos, algo iba mal. Esa mirada, la conocia; algo pasó con Sienna.
Rose negó con su cabeza.
- ¿Qué pasa Rose?- intervine. Me puso nervioso su silencio, algo iba mal, mi pecho me dolía, era como una opresión angustiosa.
- ¿Rose? Necesito saber algo de SI, necesito verla, porfavor- pidió Tami.
Me acerqué a Rose, a este punto Tami y yo estábamos demasiados nerviosos.
-Fue horrible. Se puso...yo.... ¿Como llegamos a esto? Soltó. Tami y yo nos volvimos a ver, no entendíamos nada, estaba perdiendo pa paciencia.
- Rose, mírame ¿Qué pasó?- pregunté.
Rose levantó su mirada. Estaba a punto de hablar cuando escuchamos que algunas enfermeras comenzaron a moverse de manera rápida.
¡Código rojo! Habitación 37.
Los ojos de Rose se abrieron en grande. Sentí un escalofrío espantoso, era la habitación de Sienna.
- Oh no. No no no...¡Mi hija!
Rose salió corriendo.
- ¿Sienna? La voz de Tamira sonó confundida.
Entonces salí corriendo detrás de Rose, escuche que Tamira me siguió.
- ¿Que pasa? Déjeme entrar! ¿QUE PASA? DIOS MIO!
Rose estaba gritando, tratando de pasar al cuarto de Sienna. Yo estaba confundido, miraba a las enfermeras retener a Rose. El doctor entró, yo no podía reaccionar. Estaba ahí, pero mi corazón y mente viajaron al día en que Hanna tuvo una crisis, casi se muere ese día. El mismo miedo, el miedo dolor opresor en el pecho, la misma sensación de que la muerte estaba cerca. Sentí como si mo cuerpo pesaba. No, Sienna no.
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Mi nombre es SIENNA, la GORDA (COMPLETA)
Teen FictionMírame... Mírate ¿notas la diferencia? ¡Exacto! Yo soy hermosa, tú eres un adefesio, Sienna, La GORDA. AVISO IMPORTANTE: Esta historia contiene temas sensibles, como los desórdenes alimenticios, gordofobia, maltratos, etc. Si no estás apt@ para leer...