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Abrí mis ojos, mi cabeza dolía mucho, tarde algunos segundos para despertar mi cuerpo, me di cuenta que llevaba la ropa de el día anterior, no me acordaba que había pasado, me sentía débil, lleve la mano a mi cabeza, la boca la sentía reseca, me levante de la cama poco a poco, busque mi celular 4:00 am de la madrugada.

- Qué pasó- dije al aire.

Me dirigí al baño para cambiarme, mis cortes estaban sanando, lave mi rostro, tenía una sensación extraña en mi boca, el estómago me dolía, tenía hambre, mucha hambre, entre en pánico, de nuevo, todo esto es una tortura, no pude más y baje a la cocina.

Abrí la refrigeradora y saque todo lo que pude para comer, ni siquiera lo calenté, comí y comí, me atragante, hasta no poder más.

- Señorita? Que hace a esta hora aquí?- era Mayra adormitada.

- Comiendo- dije.

- Se comió todo eso?- dijo asombrada, entonces reaccione de nuevo, me odio, soy una estupida que no puede dejar de tragar como cerdo! Rubí tiene razón soy un cerdo asqueroso.

Solté la rebanada de pastel que me estaba comiendo, mire todo el desastre que había hecho de nuevo, salí corriendo.

¿Señorita?- dijo Mayra no le hice caso.

Me encerré en me habitación y llore como era costumbre.

Imbecil, estupida, idiota, cerda asquerosa, deja de comer, deja de comer- me decía.

~.~.~.~.

La alarma sono, estaba despierta, después de el episodio de la cocina no pude dormir, otro día más, lo único que podía salvarme es que vería a Matt con el dejaba de sentir dolor, el me curaba las alas por unos minutos.

- Buenos días mamá... adiós mamá.

- Espera! No vas a desayunar?

- Lo haré en el colegio.

- Sienna!

Tire la puerta de la casa, salí casi corriendo, odiaba los interrogatorios de mamá, estaba harta que preguntara si estaba bien.

Salí muy temprano de casa, ni siquiera espere a Tami, camine hacia el colegio, estaba lejos, al menos haría un poco de ejercicios, me hacen falta.

Me sentía débil y un poco mareada, lo estaba empezando a odiar, era miércoles, odiaba este día en el colegio, tocaba física, ósea que tocaba ponerse el uniforme que odiaba, hacer ejercicios, donde todos se burlaban de mí.

Llegue al colegio, aún me sentía mal.

- Sienna.

Rode mis ojos.

- Espera.

- No te cansas de molestarme Rob? Que no entendiste en el centro comercial que no quiero que me hables! Déjame en paz!- dije.

- Solo lo haré si aceptas hablar conmigo una tan sola vez- dijo el.

- Está bien, una última vez, solo una.

- Gracias.

- Espérame en la bodega del colegio al terminar la clase de educación física- dije.

- Hecho- contestó y salió de mi vista.

Seguí caminando vi a Sue, corrí hacia ella.

Mi nombre es SIENNA, la GORDA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora