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Caminamos a la bodega con nuestras manos entrelazadas, Matt abrió la puerta de la bodega, y entramos, el busco el switch encendió la luz, tenue amarillenta, un lugar muy acogedor sin duda, entre admirando todo, un poco desordenado, era así, los pintores lo eran.

Habían pinturas colgadas en la pared, algunas en el suelo, otras a medio terminar, otras terminadas, pinceles, ese olor peculiar a pintura, había una cama y un pequeño sofá, una televisión antigua, una cocina pequeña una refrigeradora miniatura, mí boca estaba abierta, había un poco de polvo, Matt dejó que recorriera todo el lugar, sentía que era mi lugar, añoraba ser eso, ser una pintora exitosa como Matt.

- Wow! Es hermoso Matt! Esto es ... Wow!

camine directo hacia una pintura. Fue la que capto mi atención.
Era la silueta de una mujer pintada a dos versus, una colorida otra grises y oscuros, la parte colorida abarcaba su cabello, sus manos, sus pies, su antebrazos, torso, piernas eran grises y oscuras, la silueta tenia una forma como si estuviese bailando, que al verla de lejos pareciera que los colores vivos se mezclaban tan bien con los grises  que pareciera que gritaba su mundo atrapado entre la alegria y la tristeza. El fondo era un cuarto de ballet sombreado con pincelazos de colores.

Sonreí al verlo, entonces sentí su cuerpo pegado al mío, el estaba atrás mío, sentí su respiración en mi cuello, causó un escalofrío que recorrió mi cuerpo, trague grueso.

¿Te gusta? - preguntó. Su aliento tibio en mi cuello, me hizo temblar por un segundo.

- Me encanta... refleja perfectamente el caos que lleva dentro, porque aunque se vea sutil, es mucho más complejo. Puedes ver la lucha por su baile y la posicione de las manos que quiere ser completamente feliz.

- ¡Wow! Eso...es exactamente lo que quise trasmitir. Estas llena de sorpresas Sienna, eso fue ¿Cómo?

- Me gusta la pintura- fue lo único que respondí.

No lo sentí más, se había alejado de mi, di gracias a Dios, no sabía cómo iba a soportar tanto su cercanía.
Me di la vuelta para buscarlo, mis pies dolían, no; ardían. Odio los tacones.

- Al diablo- dije me quite los tacones.

- Mucho mejor ¡Aleluya!

¿ Quieres algo de beber? Matt dijo desde la pequeña cocina, camine hacia el lo vi de espaldas, se había quitado su saco, su camisa, se había colocado un centro blancoDios ¿Porqué me perdí eso? El se dio la vuelta con dos vasos en su mano me miró, miro mis pies, qué vergüenza.

-Lo-lo siento.. es que me dolían los pies...

- Tranquila Linda, no pasa nada, siéntete libre y cómoda.

Linda se escuchaba la palabra linda de su boca ¿yo? Linda para el... uff, Matt me estaba ilusionando.

El se acercó a mí,  me condujo al pequeño sofá, nos sentamos ahí, el me entrego uno de los vasos que traía con el.

¿Qué es?

- Jugo de naranja- dijo dándole un sorbo a su bebida, volví a sonreír.

-¡Wow Matt! Eres un pintor muy talentoso, me gustan todas tus pinturas, cada una tiene vida propia y un mensaje claro, se puede ver que plasmas todos tus sentimientos y pensamientos en cada una de ellas.

¿Cómo logras verlo tan fácil? La mayoría de personas me dicen que son hermosas y que son tristes, pero a veces no reflejan ninguna de esas dos cosas, hay más allá en cada una de ellas ¿Cómo puedes apreciarlo? preguntó intrigado.

- No lo sé, solo puedo verlo y sentirlo.

No estaba preparada para decirle que soy un intento de pintora, que horror. No estoy ni cerca de ser lo que Matt es.

Mi nombre es SIENNA, la GORDA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora