POR LOS AÑOS QUE NOS QUEDAN

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- ¿Lista princesa?- pregunte.

- Má! No soy una princesa, soy una jugadora de futbol talentosa- dijo Vicki.

- Lo sé pequeña, pero eres mi princesa- conteste.

- ¡Tengo 15 años! Deja de llamarme pequeña, papá me trata como grande ya, solo tu eres asi- contesto amarrándose las cintas de sus tenis sucios.

- Eres mi princesa y punto, te amo mi fultbolista favorita, estoy orgullosa de ti- diije abrazándola.

- Má, también te amo, gracias por ser la mejor y dejarme seguir mi pasión por el futbol, tú y papá son los mejores, mis dos pintores famosos, soy la envidia de mis compañeros- dijo orgullosa.

- Lo importante cariño, es que seas un buen ejemplo para ellos, que trates a todos con amor y que respetes- le dije tratándose de desenredar su cabello largo.

- Ouch! ¡Mamá ya!- déjame, así me veo linda!- dijo ella alejándose de mi.

Verla con su típica sudadera gris con letras negras, su cabello lacio, largo oscuro enredado, y su sonrisa perfecta, me llenaban de orgullo.

Victoria era una chica segura de si misma, soñadora, apasionada, le encantaba el fútbol, era muy poco femenina, pero así amaba serlo, tenía muchos amigos, en especial chicos, pero ella se daba a respetar, era tan diferente a Angel.

- ¡Mamá!- ¿Donde están mis zapatos nuevos?- gritó Angel desde su habitación.

- ¡Ash mamá! Ese niño es tan desordenado, no sé cómo lo consientes, mírame yo ya estoy lista y el apenas buscando sus zapatos- dijo Vicki negando con su cabeza, me reí.

- Déjalo, el es así, toma tus cosas y baja al auto, estaremos en un minuto contigo, tu papá está esperándonos en la nueva galería- le dije, ella asintió.

- ¡Mamá!

- Aquí estoy mi rubio- conteste.

Angel era como yo en mi juventud, inseguro, un poco retraído, tenia déficit de atención, hemos estado trabajando en ello con el psicólogo, mi rubio tenía pocos amigos, solo dos, Roger y Zack, le encantaba el karate, seguía practicándolo, ya ha ganado varios torneos.
A Angel le gusta Luz, la hija de Tami, quien lo iba a decir...

- No encuentro mi zapato! ¿Lo has visto?- preguntó el.

- No es el que tienes de adorno en la computadora?- pregunte, el volvio su rostro y lo vio, se rió.

- Ups.. lo siento mamá, ya sabes... soy el más despistado- hablo.

- Eres el más guapo y el más lindo- respondí, ahora apúrate que Vicki nos está esperando en el auto- hable.

Pasaban los años y mis niños eran los mismos, se complementaban, se ayudan y se molestaban mucho, los iba viendo por el retrovisor, cada uno es feliz a su manera, y yo soy plena al verlos así.

Aparque el auto. Hoy era la apertura de la nueva galería, mi Matt y yo habíamos viajado por Italia, Francia, Alemania, México, entre otros países exponiendo nuestros cuadros, dando conferencias, enseñando nuestro arte, nos había ido muy bien, y esta era la quincuagésima galería en abrirse.

Bajamos del auto, mis mellizos salieron corriendo, tienen 15 años, a veces parecen de 10, siempre corriendo hacia la galería, Vicki era la más emocionada, ella seguía con su pasión al dibujo.

Las personas ya estaban llegando para la apertura del lugar, vi mi reflejo en un cristal.
Sonreí, este día iba a ser más especial de lo imaginado.

Busque a Matt, y ahí estaba mi guapo, mi madurito con algunos hilos grises en su cabellera y barba, guapísimo, como siempre.

- Sienna, mi vida, llegaste guapa, te ves hermosisima- hablo mi Matt.

Mi nombre es SIENNA, la GORDA (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora