- Sienna! Sienna! Levántate! Levántate!
Mis ojos se abrieron pesadamente, mi visión estaba nublada, una luz potente entro por mis ojos al quererlos abrir, me tape con la cobija y me di la vuelta.
- He dicho que te levantes! iremos al doctor!
- Mamá... déjame tengo sueño- dije balbuceando.
- No señorita. Se levanta ahorita mismo o si no, no hay jueves de amigas con Tamira, no hay salida los fines de semana y lo mejor de todo no hay celular ni internet, ¿está claro?
Juro que la odio en este momento.
Pesadamente haciendo berrinche, me quite la cobija, abrí mis ojos, mire el reloj 7:00 am.
- Mamá aún es de madrugada.
- Muy chistosa jovencita. Te levantes, te bañas, te cambias, en 30 minutos te quiero en el comedor lista y punto- dijo mamá enojada, escuche la puerta de mi habitación cerrarse de golpe, rodé los ojos, estire mis extremidades, busque mi celular para mandarle un mensaje a Tamira.
Sienna: Buenos días Flaca linda. No hay colegio para mí hoy, Mamá me llevara al doctor, antes que te pongas pesada. No es nada malo es rutina.
Tami: No soy pesada SI! Me preocupo! Está bien linda. Pasó en la tarde a tu casa me tienes que contar todo a cerca de Matt. Perdón por no haberte cubierto bien ayer. Tu mamá llamó a casa y no pude contestar yo, espero todo haya estado bien?
Sienna: No te preocupes Tami. Sé que tú cubre mis espalda bien estuvo más o menos, te cuento en la tarde, te quiero.
Deje el celular, me pare rápidamente, otro mareo vino a mi, esta vez un poco más fuerte, casi me caigo, me senté de nuevo en la cama deje que me pasara, estaba ocurriendo muy seguido, estaba preocupada no quería que el doctor lo supiera, no quería que nadie supiera lo que hacía, ni mucho menos mamá, además no era algo malo, odio la intensidad de mamá.
~.~.~.~.~.
Estábamos en la sala de espera, mamá estaba leyendo una aburrida revista, de esas que ponen en las mesas para no aburrirte, de las que te acomplejan en sus portadas con modelos delgadas, hermosas y estilizadas.
- Señorita Macknaman el doctor la está esperando, puede pasar- dijo la enfermera, una señorita muy amable.
- Listo, vamos.
Mamá me tomó de la mano, me puse tan nerviosa, no quería estar ahí, no tenía nada malo.
- Espera ¿Qué haces? Ya no tengo diez años mamá para que pases conmigo, puedo sola ¿si?- dije un poco avergonzada.
- Voy a pasar contigo, además te conozco Sienna Merlín y se que eres capaz de mentir, así que ¡entra ya!
La odio, juro que la odio.
Rodé los ojos, me di la vuelta, me sentía nerviosa, no quería que el doctor me descubriera ¿que le diría? ¿como saldría de esto?
- Buenos días doctor mi nombre es Rose Macknaman, esta es mi hija Sienna, ella es la que tiene la consulta.
- Buenos días, mucho gusto señora Macknaman, Sienna un gusto. Tomen asiento, bien... díganme ¿Qué le pasa a esta señorita?
Que quiero matar a mamá, odio estar aquí y estoy BIEN, ESTOY BIEN- pensé.
Sonreí falsamente, trague grueso, comencé a jugar con mis dedos, mi pierna rebotaba con tanta fuerza al ritmo de mi nerviosismo. El doctor me miró fijamente, me sentí más nerviosa.
No dije nada.
- Mi amor, dile al doctor...presionó mamá.
Suspiré profundo. Tenía que lucir bien, no podía dejar que supiera.
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Mi nombre es SIENNA, la GORDA (COMPLETA)
Genç KurguMírame... Mírate ¿notas la diferencia? ¡Exacto! Yo soy hermosa, tú eres un adefesio, Sienna, La GORDA. AVISO IMPORTANTE: Esta historia contiene temas sensibles, como los desórdenes alimenticios, gordofobia, maltratos, etc. Si no estás apt@ para leer...