Hipotéticamente...

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—Son las once de la mañana, más vale que sea bueno, porque si me llamas para saber si desperté, voy a matarte, Tintin—digo enfurruñada.

—Eh, estoy bastante seguro que a las once de la mañana deberías estar despierta—replica mi mejor amigo desde el otro lado de la línea telefónica.

—No en mi mundo—le digo, enterrando mi cara en la almohada.

—Bueno, le informo al mundo de ______, por si le interesa, que el concurso de Tom Holland ya terminó, y mañana dirán a los ganadores—me dice, con un tono de suficiencia.

Ha pasado una semana desde que rellenamos el formulario con nuestros datos en el estúpido concurso, y todo el tiempo ha estado pendiente de cuando termina, de que hace Tom Holland... ¡Dios! Y yo pensé que era fan de Tom, me equivoqué, aparentemente.

—¿Y?—pregunto cabreada.

—¡¿Y?!—grita, haciendo que me duela el oído.—En tres semanas se estrena la película, ¿Es que acaso no estas ansiosa? Puede ser nuestra oportunidad de...

—De ver a Tom Holland, Chris Evans, Chris Hemsworth, Robert Downey Jr, etc. Si, ya me se la historia—digo en tono cansino.

—¿No te gustaría una foto con Chris Evans ______?—pregunta, en tono picaron.

—Si, y un beso en el altar, pero eso tampoco va a pasar—replico, dándome vuelta y apoyando mi nuca en la almohada.—Si eso es todo lo que querías decirme, tengo un cita importante con mi cama, adiós.

—Adiós bella durmiente—me dice, y cuelgo.

Que hombre más exasperante. Me coloco de costado y vuelvo a cerrar los ojos, esperando dormirme. Pero gracias a mi querido mejor amigo no puedo pegar ojo. Tomo mi celular y coloco youtube. Comienzo a ver los trailers de Spiderman.Tan guapo pienso mirando a Tom Holland.

Me levanto de la cama y llamo a mi mejor amigo.

—¿Esto significa que he despertado al ogro y no puede volver a dormir?—pregunta mi amigo, con tono divertido.

—Significa que tienes diez minutos para traer mi desayuno, yo preparo el café—le digo, y cuelgo.

Diez minutos después mi mejor amigo está entrando por la puerta de mi casa, saluda a mi perro, y se sienta en una de las mesas del comedor.

—Te traje un muffin—me dice, entregándome una bolsa de papel.—Esta caliente.

—Mmm, delicioso—digo, cojo la bolsa y con una servilleta saco mi muffin.

—¿Acaso ya no te esfuerzas en arreglarte para verme?—me pregunta. Levanto la cabeza para mirarlo.

—¿Debería? Eres como mi hermano—digo, encogiéndome de hombros y dando una mascada a mi muffin. Aun estaba en pijama, con el cabello enredado y desordenado, solo había lavado mi cara y cepillado mis dientes.

—Así que... ¿Para qué me hiciste venir?—pregunta curioso.

—Discutamos—digo, atragantándome un poco. Carraspeo y continuo hablando.— Si, hipotéticamente, ganáramos el bendito concurso.

—Bueno, lo más probable es que deberías pedir permiso a tus padres, y yo a los míos pero no creo que tengan mucho drama—dice, mientras bebe un sorbo de café.

—Sí, creo que la idea de que yo vaya con un chico, aunque seas tú, no le agradaría a mis padres—digo mirando el suelo mientras frunzo el ceño.—Pero puedo convencerlos.

—Lo sé, créeme—comenta, colocando los ojos en blanco, y luego suelta una risita. Le doy un manotazo en el brazo.— Auch.

—Idiota—le digo, y le doy otra mascada a mi muffin.

¿Suerte o destino? (Tom Holland y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora