Noche de estrellas

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Después de la incomoda pregunta de Harrison, y ante mi respuesta seria, el juego se disperso y comenzaron a hablar de otras cosas menos relevante. No participe mucho, la verdad estaba aun avergonzada y no quería seguir ahí. Veo la hora, son las 12:23. Quizás sea buena hora para que Martin y yo volvamos a nuestra habitación.

Harry y Sam vuelven a jugar video juegos, mientras que Harrison con Martin comienzan a hablar sobre Batman (esa discusión da para largo). No veo a Tom, y al quedarme sola decido asomarme por la terraza gigante que tenían en la suite.

Primero miro la inmensa cuidad, llena de luces y vida. Se veía todo maravilloso. Una pequeña brisa corría, y aunque ya me había puesto mi sweater, igual me tenia frio. Me abrace los brazos con mis manos.

Comencé a mirar al cielo, las estrellas que titilaban a pesar de la gran luminosidad de la ciudad. Nunca supe mucho de estrellas, pero si soy una gran fanática, me gusta verlas. Te hacen sentir pequeño y acompañado, o al menos así me siento yo.

-¿Lindo, no?-siento una voz detrás mío. Me giro y veo a Tom apoyado en el marco del ventanal de la terraza. Me sonríe.

-La vista que tienes es increíble-le digo sonriendo.

-En particular la de ahora-me dice acercándose, me sonrojo y rio por lo bajo.

-¿Te gusta verme sonrojada?-le pregunto y luego me atrevo a levantar la vista y mirarlo a los ojos. Esta apoyado en el barandal con los codos pero me mira fijamente.

-Si, lo reconozco-me dice y nos reímos.- Toma-se quita su chaqueta de cuero y la coloca en mi espalda apoyándola en mis hombros.

-No es necesario-le digo intentando devolvérsela.

Coloco mi mano izquierda en mi hombro pero antes de quitármela el coloca su mano encima de la mía.

-Tienes frío-me dice sonriendo.

-Ya has hecho mucho por nosotros-le digo mirándolo fijamente.

-Porque eres interesante-me dice. Bajo la mirada y el saca su mano de la mía para volver a apoyarse en el barandal.

-No soy interesante-murmuro volviendo mi vista al cielo.

-Para mi si-me dice.

-Ni siquiera me conoces-le digo negando con la cabeza.

-Entonces conozcámonos-me dice. Lo miro, el me sonríe.

-Que quieres saber-le pregunto mirando al cielo.

-Partamos por esa pelea con tu amiga-dice. Aprieto los ojos y los abro para mirar el cielo.

-Hace unos años, cuando estaba en secundaria, me gustaba un chico de un curso mayor. Se lo conté, y luego a las pocas semanas ellos estaban saliendo-digo sin mirarlo.- No es por el chico que me enoje, fue su actitud, eso no lo hace una amiga.

-No, no lo hace-me dice. Sigo sin mirarlo- ¿Qué hiciste?

-¿La verdad? Le dije que era una perra con complejos e inseguridades y que por ello necesitaba tener todo lo que yo quería-digo, y lo miro, esta sonriendo.

-Tu si que sabes valerte por ti misma-me dice, le sonrió.

-Nadie mas lo hará por mi, o en realidad, nadie mas que yo debería hacerlo-digo encogiéndome de hombros y volviendo a mirar al cielo.

-¿Extrañas a tu ex?-me pregunta, lo miro de reojo y ahora el mira al cielo también.

-No-le digo.- ¿Y tu?

-No-me dice.

-¿Por qué quieres conocerme?-le pregunto mirándolo. El baja la vista y me mira.

-¿Sinceramente?-me pregunta y se acerca un poco mas. Asiento con la cabeza.- Te dije, me pareces interesante, y también bonita.

-Vivo lejos de ti-le digo.

-Lo se-me dice.- Pero existe tecnología. Déjame conocerte, es todo lo que quiero.

Lo miro fijamente. Esto me parece irreal, niego con la cabeza.

-¿Qué?-pregunta.

-No es una idea muy practica-le digo mirando el suelo y luego levanto la vista hacia el.- Es irreal que alguien como tu quiera conocer a alguien como yo.

-Alguien como yo que es famoso, te refieres-me dice.

-Si, y alguien como yo que tengo una vida tranquila, estudio, saco a mi perro a pasear, y tengo pruebas y tareas..

-¿De que tienes miedo?-me pregunta mirándome intensamente.

-N-no tengo miedo-digo algo confusa.

-Si, tienes miedo. Cualquier otra persona diría bueno, conozcámonos. No te estoy pidiendo ningún compromiso, ni siquiera que seamos amigos-me dice. Noto la frustración en su voz.

-Pero tu no eres cualquier otra persona-digo rodando los ojos. El resopla, frunce los labios y mira a la nada apoyándose en el barandal.

-¿Y si lo fuera cambiaría algo?-me pregunta.- Aunque fuese de otro país.

-No lo se-le digo con voz mas baja. Miro el suelo. De pronto me doy cuenta lo que en realidad me pasa, pero no creo que pudiese admitirlo.

-______ ¿vámonos? Oh, perdón-dice Martin en español, notando que estoy con Tom.

-Esta bien-le digo en español. Miro a Tom que sigue mirando a la nada.- Creo que mejor me voy-le digo en ingles.

-¿Esta todo bien?-pregunta Martin en español, señalándome con su barbilla a Tom. Le levanto la mano indicándole que me de unos minutos.

-Tom-le digo, sintiéndome de nuevo como esa chica a la que estas cosas no le suceden.- Debo irme.

Me saco su chaqueta y se la coloco en su espalda, delicadamente. El gira su cabeza y me mira. Tiene en su mirada frustración, rabia y decepción. Supongo que después de todo, no soy quien el cree que soy. Aprieto mis labios y susurro un adiós silencioso.

La mano de Tom agarra mi muñeca y se acerca a mi. Me da un beso en la mejilla haciendo que mi corazón estalle a mil por hora y que mis piernas tiemblen levemente. Se acerca a mi oído y me susurra:

-Cuando admitas que tienes miedo, entonces ahí podremos conocernos.

Me alejo, lo miro y luego me voy de la terraza. Le digo adiós a los mellizos de lejos, ya que están concentrados en su juego. Me acerco a Harrison, le doy un beso en la mejilla y me voy. Martin me sigue y pasa su brazo por mis hombros.

-¿Qué paso?-me pregunta en español.

-Pasa que esto es solo un sueño, y que le quedan solo 4 días-le digo suspirando. Aprieta mis hombros.

Caminamos por el pasillo para llegar a nuestra habitación. No quiero seguir pensando. Se, muy en el fondo, que lo que dice Tom es verdad, tengo miedo, pero ¿Cómo no tenerlo? Intento alejar nuestra conversación de mi cabeza.

Mañana será otro día, mañana conoceré a los actores de Spiderman: Homecoming, mañana volveré a ver a Tom, y mañana me ignorara.

Ya lejos de la puerta de los Holland, me giro levemente y veo a Tom apoyado en el marco. Porque aunque aun queden días para que termine el sueño, se lo que pasara y es imposible impedirlo: terminara.

¿Suerte o destino? (Tom Holland y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora