Capítulo 4

651 34 0
                                    

Tambolireó los dedos contra la caja en la cual guardaba el pequeño revólver y quizá se hubiese quedado dormida si no fuera por la voz de un hombre que la llamaba desde las puertas metàlicas.

- Lara Ager, Cees Dael y Kyle Digo -. De repente todas las conversaciones callaron, Lara se quedó quieta, su madre ya corría hacia ella para desearle suerte.

- Aix, Lara… querida… Ya verás como todo va genial -. Olie la miraba con los ojos brillantes y la besaba una y otra vez en la mejilla. Su padre la observaba desde arriba, sonriendo. Por un momento, Lara pensó que estaba orgulloso de ella, después recordó que lo estaba porque iba a matar a alguien. Qué alegría.

- Tú… tú solo recuerda quien eres y porqué lo haces -. Le soltó su hermano mientras le acariciaba el pelo y sonreía.

El hombre de la puerta tosió y Lara se acercó a él. Junto al hombre estaban Cees, la chica morena de pelo corto y Kyle, el chico de los ojos marrones y nariz afilada. Sonrió con timidez.

El hombre abrió la gran puerta y les hizo un gesto para que lo siguieran, Lara giró la cabeza para ver a su familia observándola, su madre se estaba secando los ojos. Lara puso los ojos en blanco, que exagerada.

- Bien, primero de todo me presentaré, mi nombre es Rick y seré vuestro Instructor, primero de todo debeís entender que estáis a punto de convertiros en un adulto, así que espero que os comporteis como tal. Pasad por aquí, por favor.

El grupo entró en una gran sala de butacas rojas, una de las paredes estaba cubierta por una gran tela también roja. El Instructor, Rick, les indicó que se sentaran y se marchó por  donde habían entrado, por un momento se sintió aliviada, si se sentaba, nadie notaría que le temblaban las piernas.

- Hola, me llamo Kyle, encantado -. El chico de los ojos marrones le tendió la mano mientras la miraba desde arriba. - ¿Puedo sentarme? -. Preguntó levantando una ceja. Lara asintió.

- Yo soy Lara, encantada -. No sabía que decir, los chicos solían meterse con ella y en la escuela tampoco es que se empeñara en hacer amistades. La verdad, es que Lara estaba bien sola.

Lara estaba incómoda, Kyle no paraba de mirarla. ¿Acaso tenía monos en la cara o algo?

De repente las cortinas rojas se abrieron para dar paso a un gran teatro, en el centro, iluminado por un haz de luz, estaba Rick, tan calvo como su padre.

- Bien, espero que entendais que esto no es un juego. En vuestras manos tenéis el arma elegida. Es algo serio. Ahora os pasaré un vídeo, creo que os gustará -. Y con una sonrisa desapareció del escenario para dar paso a una tenue música. La pantalla se iluminó y un hombre de pelo negro y gafas de culo de botella apareció sentado en una mesa de despacho con la bandera de La Marca detrás. Su voz era grave.

La MarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora