Cómo no, a Kyle le había vuelto a tocar la peor parte. El plan era sencillo: mientras las chicas se iban a dormir, los tres chicos iban a jugar a los ladrones. Kyle debía abrirse camino y guiar a los otros dos a través de los pasillos en busca del armario de los uniformes. Una vez allí, se colocaría en un punto estratégico desde donde podría avisarles por el walki-talkie en el caso de que hubiera algún rebelde despistado. Paul se encargaría de cubrirle las espalda a la espera de que Axel, con su rapidez extrema, recogiera los cinco uniformes y cinco juegos de armas. Pan comido.
Así que allí se encontraba Kyle, caminando hacia el almacén como si nada, con Paul y Axel a diez metros, guardando las distancias. Una vez localizado el armario, empezó a silbar, esa era la señal para dar paso a la siguiente fase. Entonces siguió caminando hasta la siguiente esquina, donde se apoyó en la pared de la manera más natural que se le ocurrió y se dedicó a observar su entorno a la espera de que apareciera algún visitante indeseado. Y hasta aquí llegaba su aparición estelar. Qué grande eres, Kyle, se dijo a sí mismo con sarcasmo, todo el mundo te idolatra Kyle, eres el mejor entre los mejores. Sopló con fastidio y volvió a silbar. A los dos minutos, Axel salió disparado hacia las habitaciones, llevándose con él un saco de color beige. Paul no tardó en aparecer, pero en vez de perder el tiempo en ponerse a la altura de Axel, se acercó a Kyle con aire victorioso.
- Pan comido.
- ¿Qué esperabas? Somos un gran equipo -. Respondió altivo Kyle.
- Bueno, no te confies tanto que aún nos pillaran. Anda, vamos a dormir que mañana tenemos que madrugar.
- ¿A qué hora hemos quedado en la cubierta de vuelo? -. Preguntó Kyle cuando llegaron al pasillo de las habitaciones.
- La aeronave sale mañana a las diez. Pongamos que Luca estará pasando lista a las nueve. Será mejor que tengamos un margen de media hora para introducirnos en la cubierta de mercancías y escondernos.
- Perfecto. Madrugar para morir, qué planazo.
- Eres un exagerado, tampoco madrugamos tanto -. Y con la típica sonrisa torcida tan característica de Paul, el pelirrojo le deseó las buenas noches y se dirigió hacia su habitación.
Esa mañana nadie se durmió. Paul llevaba en el andén desde las ocho, estaba pletórico y a la vez nervioso. Si Luca los decubría, podrían tener problemas, muchos problemas. Pero por otra parte, necesitaba ir. Quería recuperar a aquella curiosa chica, y quería cargarse de paso a algunos paleas. Un escalofrío le recorrió toda la columna, ¿estaba dispuesto a disparar el gatillo contra algo vivo? ¿De quitar una vida? ¿Desde cuando había dejado de ser tranquilo y piadoso? Antes prefería tomar rehenes que cobrar cadáveres, pero ahora ya no, ahora esa opción no estaba contemplada. ¿Cuando había cambiado de opinión? Cuando la única cosa de la que se debía hacer cargo, había desaparecido en su momento más vulnerable. ¿Cómo había podido ser tan imbécil de pretender que podía estar sola? Intentó calmarse, no necesitaba darle más vueltas al asunto, ahora lo que necesitaba era concentrarse en la nueva misión.
Se había vestido con el uniforme de los rebeldes, un mono de color verde oscuro con infinitos bolsillos en los que podías guardar todo tipo de armas o explosivos, y estaba saltando sobre sus talones cuando Axel apareció con el saco donde llevaban las armas.
- Menudo sex- appeal que desprendes, tío -. Lo saludó Paul sonriendo. El uniforme de Axel era igual al de Paul, al de todos, sólo que al ser tan delgado, se veía patético en él.
- Sí, bueno, no tanto como el tuyo -. Respondió Axel mientras dejaba el saco en el suelo y se cruzaba de brazos.
- Ambos estáis muy guapos -. Apuntó Kyle mientras se unía a ellos junto a las dos gemelas. - Pero el verde me favorece más a mi.
![](https://img.wattpad.com/cover/12248388-288-k938714.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Marca
Akcja¿Cómo te sentirías si al cumplir los 17 años te obligasen a cometer un asesinato? Cada noche, Lara, desde su ventana, oye disparos, gritos, miedo... Esta harta de esto, se siente fuera de lugar, no se quiere, planea quitarse la vida, pero, ¿qué es m...